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Cada vez más usuarios dicen adiós a los relojes inteligentes: "Hay momentos en los que es mejor no usarlo"

Reloj inteligente en la muñeca de un hombre. Fuente: Canva.

elEconomista.es

Los relojes inteligentes no solo muestran la hora, sino que también pueden medir la frecuencia cardíaca, medir la distancia de nuestros recorridos, permitir la lectura de nuestros correos electrónicos o servir como cronómetro, entre otras cosas. De hecho, es raro ver a españoles y españolas sin uno de ellos en su muñeca.

Y es que se han convertido en compañeros indispensables para quienes buscan una vida más conectada y eficiente. Ahora bien, lo cierto es que últimamente se han reportado varios casos a través de las redes sociales de usuarios mostrando todo su descontento con estos dispositivos electrónicos.

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Para evitar caer en una situación similar, Serge Eliseeff, experto en comportamiento digital y director ejecutivo de 'Online Free Games', no recomienda llevarlos todo el tiempo, ya que podrían llegar a tener efectos negativos tanto en el bienestar físico como en el mental.

"La mayoría de la gente no se da cuenta de que hay momentos óptimos para usar un reloj inteligente y momentos en los que es mejor no usarlo", ha declarado abiertamente. Y no es para menos: hay gente que hasta duermen con él para aprovechar al máximo su inversión.

Más detalles

A su juicio, hay cuatro momentos del día en los que debe retirarse el reloj inteligente:

  1. Durante las comidas. Las notificaciones que se suceden rápidamente pueden interrumpir el acto de comer, llegando a afectar a la digestión y la calidad de las interacciones sociales.
  2. Tiempo libre o de descanso. Con el paso de las horas del día, la mente y el cuerpo necesitan relajarse. No obstante, la presencia constante del reloj puede mantener a la persona activa, recibiendo datos sobre pasos, calorías...
  3. A la hora de dormir. Usarlo durante la noche podría interferir con el descanso, puesto que factores como la luz de la pantalla y las vibraciones alteran de manera considerable el ritmo circadiano.
  4. Reuniones sociales o instantes de desconexión. Algunas personas se obsesionan con alcanzar un número de pasos o cerrar sus círculos de actividad y, de no realizarlo, pueden sentir ansiedad y estrés. Ahí se vuelve perjudicial.