Salud Bienestar

Así es la cumbre 'Don't Die', el encuentro de biohacking extremo de los millonarios que vivirán más de 150 años

Foto: Bryan Johnson.

Cristian Gallegos

En el universo de la longevidad el nombre de Bryan Johnson toma fuerza. Ya no sólo por su estricta dieta de millones de euros, o por inyectarse la sangre de su hijo para parecer más joven, ahora, el también biohacker e inversor tecnológico se encarga de dar forma a un congreso donde el tema a tratar es cómo vivir más de 150 años.

Así es, Bryan Johnson reunió a cientos de personas en la ciudad de Nueva York el sábado para su cumbre "Don't Die". Se trata de un encuentro que duró todo el día para aprender los trucos para vivir más tiempo.

Con los 334 euros que pagaron los asistentes, pudieron acceder al Centro Javits del lado oeste de la ciudad norteamericana. En este lugar pudieron probar la terapia de luz roja, descubrieron su edad biológica y aprendieron del autoproclamado hombre más mesurado de la historia sobre cómo, simplemente, no morir.

Según adelanta Fortune, el millonario tecnológico convertido en biohacker Bryan Johnson, protagonista del documental de Netflix, "Don't Die: The Man Who Wants to Live Forever", tomó el centro del escenario para pronunciar un discurso ante una multitud ansiosa sobre el poder de la optimización de la salud para prolongar la vida.

Muchos de los que caminaban por el denominado "Parque de atracciones de la longevidad", donde también vendían suplementos, productos para el cuidado de la piel y trucos de alta tecnología para el envejecimiento, vestían una camiseta negra con "Don't Die" escrito en negrita que en su traducción significa 'No mueras'.

Revisión de biomarcadores en vivo

Johnson estuvo acompañado por su médico, Mike Mallin, con el que revisó sus biomarcadores en vivo. Johnson compartió su protocolo, que incluye despertarse a las 4:30 a. m., un ayuno de 18 horas, una dieta de 130 gramos de proteína diaria, ningún día de trampa y un estricto conteo de calorías con el lema de que "cada caloría lucha por su vida". Es de público conocimiento que Johnson toma docenas de suplementos diariamente, analiza su cuerpo regularmente y tomar medidas extremas en pos de volverse lo más joven biológicamente posible. Ahí es donde entra la historia de las inyecciones con la sangre de tu hijo.

"Creo que la gente se está alejando cada vez más del bienestar general y se está adentrando más en el bienestar biohacking rastreable como una categoría general, para que la gente conozca y pueda ver los resultados y hacer un seguimiento de su progreso", manifestó el protagonista de la jornada.

En un momento durante la cumbre, apareció en la pantalla detrás de él la imagen de la silueta de un hombre de mediana edad, con la cita: "Nunca dejes que tu mente decida", mientras Johnson hablaba sobre los méritos de resistir el deseo humano natural.

La guerra contra la muerte

"El panorama más amplio aquí en 'Don't Die' es que estamos en guerra contra la muerte. Estamos tratando de eliminar la muerte de nuestro entorno", manifestó Johnson, cuando compartió su plan de analizar los alimentos que se consumen más comúnmente en EEUU y que detecta su procesamiento, metales pesados y otros químicos.

Criticó la crema agria y las patatas de Lay's como un "símbolo de los defectos de la industria alimentaria moderna", y agregó que quiere obtener donaciones para probar los alimentos y ver si califican como "certificados Don't Die". Al anunciarlo, recibió inmediatamente un aplauso de la audiencia. No está claro cómo se hará esto.

Para la comida, según cuenta Fortune, a los asistentes se les ofreció una de las comidas básicas de Johnson, que consistía en quinua y verduras. Los invitados también recibieron un limpiador de paladar de Johnson's "Longevity Mix", un brebaje líquido amargo de color rosa brillante de "13 ingredientes activos para apoyar la energía, el metabolismo, la recuperación y la vitalidad".

No es extraño que Johnson, tenga muchos escépticos por sus decisiones extremas para lograr la eterna juventud. Su impacto entre sus retractores es tal que los propios protocolos del biohacker no están ampliamente probados ni aprobados por la FDA.