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Solo una marca de agua embotellada en España se salva de los microplásticos

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Sergio Guinaldo

Más allá de la crisis de los pélets en la costa atántica, la presencia de plásticos en el agua fue también noticia la semana pasada gracias a la publicación de un estudio científico en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS). Sus autores, investigadores del Observatorio Terrestre Lamont-Doherty de la Universidad de Columbia (EEUU), sostienen que las botellas de agua no solamente contienen microplásticos, sino también nanoplásticos. Es, de hecho, uno de los primeros estudios en identificar estas diminutas partículas en agua embotellada.

Si bien los microplásticos varían su tamaño entre 0,1 y 100 micras (?m), los nanoplásticos tienen un tamaño comprendido entre 0,001 y 0,1 ?m. Es decir, son fragmentos de plástico mucho más pequeños en comparación con los microplásticos. Gracias a esta nueva óptica podemos aproximarnos mejor a lo que realmente puede contener el agua que bebemos.

Según este estudio, un litro de agua embotellada promedio puede contener unos 240.000 fragmentos de plástico detectables, entre 10 y 100 veces más respecto a las estimaciones anteriores que contemplaban tamaños más grandes.

Para hallar estas cifras, los investigadores analizaron tres populares marcas de agua embotellada a la venta en Estados Unidos (sin nombrar cuáles), analizando partículas de plástico. Detectaron entre 110.000 y 370.000 partículas en cada litro, de las cuales el 90% eran nanoplásticos.

"Antes esto era sólo un área oscura, inexplorada. Los estudios de toxicidad simplemente adivinaban lo que había allí", señala el coautor del estudio Beizhan Yan, químico ambiental del Observatorio Terrestre Lamont-Doherty de la Universidad de Columbia. "Esto abre una ventana donde podemos mirar a un mundo que no estuvo expuesto a nosotros antes".

Contando micro y nanoplásticos

Esta semana, un nuevo estudio liderado por el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en colaboración con el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), ha desarrollado una metodología que permite cuantificar la cantidad de micro y nanoplásticos en agua embotellada en plástico.

En concreto, con la metodología desarrollada por los centros españoles se han cuantificado partículas plásticas extremadamente pequeñas, entre los 0,7 y los 20 micrómetros (µm), así como los aditivos químicos liberados al agua. "La mayor parte de los estudios cuantifican los micro y nanoplásticos como número de partículas en un volumen determinado", declara Marinella Farré, investigadora del IDAEA-CSIC y autora del trabajo. La metodología del presente estudio, basada en cromatografía líquida acoplada a espectrometría de masas de alta resolución, permite cuantificarlas por unidades de masa. "Este método es un gran avance, ya que podemos cuantificar partículas de diferentes formas y de tamaños extremadamente pequeños, cosa que no sucede con otras técnicas", aclara.

Al analizar 280 muestras de agua de 20 marcas comerciales de agua embotellada, los resultados muestran una concentración media de 359 nanogramos de micro y nanoplásticos por litro de agua. Es, según señalan, una cantidad comparable a la obtenida en otro estudio anterior, llevado a cabo por el mismo grupo, en el que se analizaba la composición del agua del grifo de Barcelona.

"La principal diferencia que encontramos es el tipo de polímero: en el agua del grifo encontramos más polietileno (PE) y polipropileno (PP), mientras que en el agua embotellada hemos detectado mayoritariamente polipropileno tereftalato (PET), aunque también polietileno", indica Cristina Villanueva, investigadora del ISGlobal y autora del estudio. "Sin embargo, no podemos pasar por alto el enorme impacto medio ambiental que causa el agua embotellada, sobre todo por la inmensa producción de residuos plásticos", remarca Marta Llorca, investigadora del IDAEA-CSIC y autora del estudio .

De las 20 marcas incluidas en el estudio, solo una estaba completamente libre de micro y nanoplásticos, aunque no se detalla de cuál se trata.

El trabajo también ha detectado 28 aditivos plásticos en las muestras de agua embotellada. Estos compuestos químicos son mayoritariamente estabilizantes y plastificantes que se añaden al polímero plástico principal para darle mayor resistencia, dureza o flexibilidad. Sin embargo, éstos pueden migrar del propio plástico al agua y además tienen una elevada toxicidad para las células. "Nuestro estudio de toxicidad mostró que tres tipos de plastificantes presentaban un mayor riesgo para la salud humana y, por tanto, deberían ser considerados en los análisis de riesgos para los consumidores".