Salud Bienestar

Los hábitos a la hora de hacer la compra que revelan que ya no piensas como clase media-baja y que sí lo haces como clase alta

Foto: iStock

elEconomista.es

Muchos de los gastos que tenemos hoy en día los hacemos casi "sin pensar", muchas veces por impulso o bien porque nunca tenemos tiempo para nada. Si bien, con el paso del tiempo es habitual que tu forma de pensar cambie, por lo que tiendes a tratar de ahorrar lo máximo posible, siendo muy consciente de las decisiones que se toman.

Este tipo de ideas suelen conocerse como un paso del "pensamiento de la escasez" al "pensamiento del valor", según los psicólogos, algo que es más común entre personas de clase alta. Esto supone un cambio hacia una idea en la que se tiene en cuenta el futuro. Generalmente, estas ideas suelen reflejarse en una serie de hábitos, tal y como te contamos a continuación.

Uno de los primeros es tratar de no comprar en exceso, prefiriendo pocas cosas, pero de calidad, de ahí que tiendas a leer las etiquetas detenidamente para conocer sus ingredientes y teniendo presente la fecha de caducidad. En el terreno de la alimentación, se trata de buscar productos de calidad para evitar tener que volver a comprar otros después o hacerlo más frecuentemente. En esta línea, suele darse habitualmente el hecho de comprar siempre más o menos los mismos productos, puesto que esto contribuye a reducir el desperdicio al tener siempre aquello que ya conoces.

Buscar la comodidad

Muchos supermercados ofrecen "ofertas" por la compra en grandes cantidades, haciendo que muchas personas tiendan a caer en la adquisición de objetos que realmente no necesitan, un acto que con las compras más conscientes no se suelen hacer tanto.

Por otra parte, las personas con un cambio de mentalidad más vinculado a la clase alta no dudan en pagar más por la preparación o por comprar algo casi "listo para consumirlo", lo que permite ahorrar tiempo. Según los psicólogos, recuperar incluso pequeñas cantidades de tiempo en el día a día puede ayudar a reducir el estrés y aumentar la productividad.

Por último, a la hora de visitar el supermercado, es común que cuando adquieras un producto, no lo hagas únicamente pensando en ti, sino también en compartirlo con familiares y amigos. Esto es lo que en psicología se conoce como gasto prosocial, un hábito que aumenta la felicidad más que la autocomplacencia.