Salud Bienestar

Cómo detectar si una persona es muy inteligente en pocos minutos, según la psicología

Fuente: Canva

elEconomista.es

La inteligencia es un concepto que a lo largo de los años ha sido objeto de debate, especialmente en el campo de la psicología. En términos generales, hace referencia a "la capacidad de entender o comprender, de resolver problemas o habilidad, destreza o experiencia", entre otros.

Una difícil medición

En el ámbito de la psicología, la medición de esta característica es un proceso complejo, puesto que conlleva la realización de pruebas específicas. Fue a comienzos del siglo XX, cuando se comenzó a llevar a cabo las primeras pruebas de inteligencia. Más tarde, se aplicó el concepto de cociente intelectual (CI), una puntuación que se obtiene a partir de pruebas diseñadas para medir diferentes aspectos de la inteligencia.

Sin embargo, algo que muchos se preguntan alguna vez es cómo reconocer "a simple vista" a una persona con un cociente intelectual superior a la media. Según el medio checo Dotyk, los psicólogos afirman que una de las características de las personas muy inteligentes es que suelen aburrirse con facilidad, ya que no son capaces de entretenerse con determinadas aficiones. Asimismo, otro rasgo común es que suelen ser bastante solitarias, puesto que prefieren pasar más tiempo con sí mismas que rodeadas de otras personas.

Controversia al respecto

Comúnmente, también se asocian algunas características a este tipo de personas como sus altos niveles de curiosidad, tienen un razonamiento lógico y analítico, son muy creativos, presentan una excepcional memoria y adquieren rápidamente nuevas habilidades. En cualquier caso esta asociación no es absoluta, puesto que pueden interferir numerosos factores.

No obstante, algunas investigaciones advierten de que el cociente intelectual podría no ser una medida del todo precisa en determinadas áreas, como la inteligencia social, la emocional o incluso la relacionada con la creatividad. Por otra parte, en el caso de las personas con bajos recursos, entornos marginales o con riesgo de exclusión social tienen siempre resultados más bajos que las que viven en entornos sociales más positivos.