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Si tienes cáscara de cebolla en casa, tienes un tesoro: regula la presión arterial y fortalece el sistema inmunológico

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elEconomista.es

La cebolla es una de las hortalizas con más beneficios para la salud, puesto que tiene un alto contenido en fibra, vitaminas y minerales. Esto hace que ofrezca múltiples beneficios para la salud: es buena para la circulación, diurética, además de favorecer las digestiones, al eliminar las toxinas y fermentos que producen en el estómago.

Comúnmente, la cáscara de la cebolla es desechada, pero la realidad es que puede presentar también gran cantidad de características muy positivas. Tal y como explica Infobae, esta parte de la hortaliza ayuda a combatir el envejecimiento celular, además contribuye a fortalecer el sistema inmunológico.

Además, contiene quercetina, un flavonoide útil para aliviar dolores musculares, de articulaciones y la mejora de la salud cardiovascular general, así como la del sistema digestivo. Por otra parte, algunas investigaciones advierten de que la cáscara de la cebolla puede contribuir a la regulación de la presión arterial, al mantener en niveles óptimos el colesterol.

Infusión de cáscara de cebolla

El consumo de la cáscara de cebolla puede hacerse a través de infusiones. Se han de limpiar con abundante agua e infusionarlas durante unos 10 minutos. El líquido resultante puede tomarse entre una y dos veces al día. No obstante, también se puede emplear de otras múltiples maneras, por ejemplo, en enjuagues bucales, uso tópico o baños en los pies o cabello.

Más allá de en infusiones, otras formas de aprovechar este tipo de restos es en encurtidos, al sumergirlas en una mezcla de vinagre y sal o bien como condimento en polvo para platos y otras preparaciones, al introducirlas al horno hasta que queden secas y triturarlas.