Salud Bienestar
La psicóloga Pilar Conde (Clínicas Origen): "Existe una fuerte conexión entre nuestras emociones y nuestro sistema digestivo"
- Dos expertas desvelan los factores emocionales y alimenticios que contribuyen a la inflamación abdominal
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elEconomista.es
Es muy típico que algunas personas relacionen los nervios, el estrés, la preocupación o incluso la emoción con una falta de apetito, dolores estomacales y otros síntomas asociados a la zona del estómago. Esto no es casualidad, tiene una explicación concreta y la agencia de comunicación Roman habló con dos expertas en la materia para conocer los factores emocionales que afectan a la inflamación abdominal.
Esther Montoliu, nutricionista y directora técnica de la Unidad de Nutrición y Obesidad de Clínicas Dorsia; junto con Pilar Conde, psicóloga sanitaria y directora técnica de Clínicas Origen, desvelan los factores emocionales y alimenticios que contribuyen a la inflamación abdominal. Las expertas explican cómo el estrés, la ansiedad y la "no-gestión emocional" pueden ser los causantes, junto con una mala alimentación, de la inflamación abdominal, y ofrecen soluciones efectivas para reducirla.
La inflamación abdominal es uno de los problemas de salud más comunes en la actualidad. Aunque los alimentos procesados y el sedentarismo se consideran las principales causas, el enfoque que aborda la conexión cuerpo-mente está ganando terreno.
Una conexión cuerpo-mente
La psicóloga Pilar Conde destaca que "el estómago es considerado el 'segundo cerebro' porque existe una fuerte conexión entre nuestras emociones y el sistema digestivo. La comunicación entre el cerebro y los intestinos a través del nervio vago es fundamental para el funcionamiento de ambos. Esto explica por qué el estrés puede provocar alteraciones gástricas, y por qué una digestión inadecuada puede afectarnos emocionalmente".
Ambas expertas coinciden en que no solo los alimentos pueden causar inflamación, sino también factores emocionales como el estrés o la ansiedad también pueden alterar nuestro sistema digestivo. "Cuando estamos bajo estrés, los niveles elevados de cortisol hacen que nuestro intestino se vuelva más permeable, liberando bacterias y toxinas que contribuyen a la inflamación", explica Pilar Conde.
El trabajo conjunto de nutricionistas y psicólogos resulta crucial para abordar los problemas de inflamación abdominal de manera integral. "El cambio de hábitos alimentarios requiere paciencia y compromiso", señala Pilar Conde. "Es importante también trabajar la parte emocional y psicológica para que las personas no recurran a la comida como una forma de manejar el estrés o la ansiedad".
La nutricionista Esther Montoliu, por su parte, subraya la importancia de una alimentación antiinflamatoria. "Ciertos alimentos como los ultraprocesados, alimentos ricos en grasas trans, azúcares refinados, etc. son en sí mismos alimentos proinflamatorios". Por este motivo, la experta recomienda "evitar este tipo de alimentos y en su caso, optar por una dieta basada en alimentos frescos, ricos en antioxidantes, como frutas, verduras y grasas saludables como el Omega-3, que ayudan a reducir la inflamación".