Salud Bienestar

Por qué hay que tirar sal sobre todas las brasas del asado y para qué sirve

Un asado describe la cocción con calor seco. Fuente: Pexels.

elEconomista.es

El asado argentino, como bien todos sabemos, es un momento de conexión entre personas que se quieren alrededor de la carne y el fuego, normalmente familiares o amigos. En otras palabras, un asado es una barbacoa -con muchas diferencias, eso sí- a la manera argentina.

En profundidad

A menudo, se cocina con vacuno (carne de res), la más consumida de Sudamérica. El cordero, el cerdo o el pollo también son alternativas, más raras, pero aún preciadas. Los secretos de esta gran comida, sin duda, son el cocinado constante y prolongado de la carne.

Y, por supuesto, la sal. Es la base de un buen sabor, ya sea gruesa o entrefina. Su utilidad, pese a que pueda parecer muy sorprendente, sobre todo en redes sociales, va más allá de la simple sazón, debido a que cumple un rol determinante en la preparación y cocción del asado.

Más detalles

De hecho, muchos asadores experimentados la emplean sobre las brasas por sus grandes beneficios:

  • Temperatura estable. Al esparcir sal gruesa sobre el fuego, se alarga la vida útil de las brasas y se logra un calor más uniforme, lo que permite una cocción controlada y pareja.
  • Menos humo en la parrilla. Al absorber parte de la grasa que cae sobre las brasas, la sal evita que esta se queme en exceso y provoque un humo denso que podría alterar el sabor de la carne.

A tener en cuenta

Más allá de eso, la sal puede sofocar el fuego en determinadas circunstancias, pero no funciona como un extintor universal. En caso de arrojarlas sobre las brasas no las apaga por completo, pero sí puede reducir la intensidad del fuego y controlar las pequeñas llamas.

¿El motivo? Está claro: cubre el carbón y limita el oxígeno disponible. Con todo ello, cabe destacar que es un recurso valioso para mejorar el asado y mantener la seguridad en la cocina o el jardín.