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Este es el error más común que cometes a la hora de perder peso

La obesidad es una enfermedad grave y crónica. Fuente: Pexels

Raúl González Pérez

Las personas, cada vez que se acerca el final de un año, suelen hacer su extensa lista de propósitos. Y en ella, una de las cosas más repetidas es adelgazar. ¿Por qué? Está claro: los kilos de más que se cogen durante los meses de noviembre y diciembre se convierten en una auténtica pesadilla para la vida cotidiana.

La motivación para el cambio es la clave para perder peso. Si lo único que te mueve a adelgazar es el hecho de que va a comenzar un nuevo año, desistirás en pocos días y volverás a recuperar de nuevo el peso. De ahí que tener unas bases firmes y sólidas sea vital para no abandonar.

A tener en cuenta

Por norma general, hay un error que se comete en este proceso siempre y que no genera ningún tipo de beneficio: comer muy poco. Y es que las dietas excesivamente hipocalóricas son muy perjudiciales, ya que el organismo se adapta a periodos de carestía, de tal manera que cada vez es más difícil perder peso.

El resultado es que cuanto se aumenta mínimamente la ingesta calórica, se vuelve a recuperar el peso con más facilidad. Ahora bien, este no es el único fallo existente en la pérdida de peso que se ha documentado con el paso del tiempo.

Más fallos en el proceso

Entre otros, cabe destacar saltarse comidas (lo ideal es realizar cinco ingestas diarias), fijar mal el peso ideal (hay que determinar un objetivo realista), usar pastillas para que hagan tu trabajo (solo está justificado en algunos casos extremos) y fiarse de productos adelgazantes (no existe nada que permita adelgazar en tiempo récord).

En cambio, la clave para adelgazar es que las calorías que ingiramos sean inferiores a las que gastamos, según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Eso supone, por un lado, ajustar la dieta para reducir el número de calorías y, al mismo tiempo, incrementar la actividad física.

Recomendaciones

Un cambio de hábitos realista pasa por:

  • Comer de todo, sin eliminar alimentos, pero limitando las cantidades ingeridas.
  • Decantarse por preparaciones con menos grasa y más ligeras.
  • Dar el peso que merecen a las frutas y verduras.
  • No fiarse de las versiones light de muchos productos.
  • Hacer más ejercicio y deporte.