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Cómo ayuda el agua alcalina envasada para prevenir los cálculos renales: esto dicen los expertos

Medición de agua y pH. Firma: iStock

elEconomista.es

El agua alcalina cada vez es más consumida debido a que se cree que es más saludable que el agua normal. Esta agua tiene un pH promedio de 8 a 10 y se prescribe la terapia de alcalinización urinaria en personas con cálculos renales o urolitiasis de ácido úrico y cistina. El problema es que no es seguro que las aguas alcalinas que se comercializan aumenten realmente el pH urinario.

Es complicado que haya una producción comercial de agua alcalina al ser un agua electrolizada llena de minerales que se puede encontrar en manantiales en el que el paso del agua sobre las rocas crea la disolución de los minerales y el aumento de alcalinidad. Para poder comerciarla a mayor volumen, los fabricantes han utilizado la electrólisis para alcalinizar el agua.

El consumo de esta agua con un alto pH ha crecido un 12,2% al año a nivel mundial desde 2013. Este aumento se puede relacionar con estudios de investigación que decían que la ingesta de agua alcalina tenía ventajas potenciales.

El agua alcalina comercializada tiene un contenido álcali insignificante

Para sacar conclusiones, investigadores de la Universidad de California (Estados Unidos) han analizado cinco marcas de agua de venta en supermercados. Los resultados explican que el agua alcalina que se comercia tiene un contenido álcali insignificante y no aporta ningún beneficio adicional sobre el agua del grifo para los pacientes con cálculos renales o urolitiasis por ácido úrico y cistina.

El autor principal, Roshan M. Patel, ha comentado los resultados: "Si bien los productos de agua alcalina tienen un pH más alto que el agua normal, tienen un contenido de álcali insignificante, lo que sugiere que no pueden elevar el pH de la orina lo suficiente como para afectar el desarrollo de cálculos renales y otros cálculos urinarios".

El estudio asegura que hay otros productos disponibles que aumentan el pH, como es el caso del zumo de naranja o el bicarbonato de sodio. "Nuestros hallazgos pueden ayudar a guiar la selección de otros tratamientos, incluidas bebidas y productos de venta libre, para prevenir los cálculos urinarios recurrentes", ha señalado Patel.