Salud Bienestar

Qué pasa si congelo el aceite de oliva extra y qué son los grumos blancos

Aceite de oliva vertido en bandeja de cubitos de hielo. Firma: iStock

elEconomista.es

El precio del aceite de oliva no para de aumentar siendo considerado ya casi un bien de lujo para muchas familias que buscan equilibrar sus gastos mensuales en la compra. Tanto ha subido su precio que se están buscando nuevas formas de consumirlo.

Es un alimento imprescindible en la dieta mediterránea por su sabor y beneficios para la salud. Para paliar la inflación del aceite de oliva, se está poniendo de moda el truco de congelar el aceite de oliva. Esto no solo sirve para conservar este líquido sino también para optimizar su utilización.

Cuando se congela el aceite de oliva se conservan su calidad y sus propiedades esenciales por lo que este truco permite comprar grandes cantidades de este alimento, aprovechando un mejor precio. Para congelarlo, se recomienda llenar moldes de cubitos de hielo y formar porciones de fácil control sin malgastar grandes cantidades. Cuando estos cubitos se congelen se pueden utilizar cuando uno quiera.

Qué son los grumos blancos que aparecen en el aceite de oliva extra

En relación a esto, en las zonas dónde hace mucho frío es común ver grumos blancos en el aceite de oliva ya que es un fenómeno que pasa cuando hay bajas temperaturas. Al igual que si las temperaturas son bajas y el agua se convierte en hielo, ese cambio de estado de líquido a sólido también pasa en otras sustancias.

Aunque en el caso del aceite de oliva es más complicado que el agua al estar constituido por distintos compuestos y cada uno de ellos tiene un punto de fusión concreto por lo que cuando bajan las temperaturas, el cambio de estado no se produce de una forma tan uniforme.

El aceite de oliva está formado por varios tipos de ácidos grasos en distintas proporciones y cuando se combinan entre ellos en grupos de tres crean formas más grandes a las que se le conoce como triglicéridos.

Uno de estos triglicéridos es la dioleilpalmitina, que está compuesta por dos moléculas de ácido oleico y una de ácido palmítico cuya temperatura de fusión es de 18ºC, por lo que si el aceite de oliva está a una temperatura inferior, este triglicérido aparece en estado sólido.

Este triglicérido se encuentra en una proporción de un 30% de la composición del aceite de oliva. Cuando se ven estos grumos blancos cuando se enfría el aceite, se piensa que está malo pero la realidad es que no influye en sus características, propiedades nutricionales, su aroma o sabor. E incluso, las bajas temperaturas ayudan a su conservación al ralentizar las reacciones del deterioro que pueden dar olor y sabor a rancio.