El síntoma temprano del Alzheimer que puedes detectar mientras te estás duchando, según un estudio

La Alzheimer's Association define el Alzheimer como "la causa más común de demencia, un término general que se refiere a la pérdida de memoria y otras capacidades cognitivas lo suficientemente grave como para interferir con la vida diaria. La enfermedad de Alzheimer representa entre el 60 % y el 80 % de los casos de demencia". En todo el mundo 55 millones de personas viven con esta enfermedad y en España la cifra asciende a 800.000 personas, según datos de la Sociedad Española de Neurología.

Cada año se diagnostican miles de casos y tan solo el 1% tienen un precedente genético, por lo que conocer sus síntomas para tener un pronto diagnóstico resulta fundamental de cara a conseguir una mejor calidad de vida en el futuro. Es importante estar atentos a los cambios en nuestro cuerpo y, más allá de los síntomas más comunes, hay uno que puede ayudar mucho a detectar la enfermedad con bastante antelación.

Los expertos en la Universidad de Chicago han dado con una nueva forma de identificarlo en una actividad que se hace a diario: darse una ducha. La investigación se centra en la pérdida del olfato, que normalmente acompaña al deterioro de la memoria. Por este motivo no reconocer tu gel de ducha podría ser un motivo por el que estar alerta.

Este fue el punto de partida para que los investigadores comenzaran a relacionar todavía más la importancia de los olores con la memoria. En consiguiente, los nuevos datos podrían ayudar a elaborar nuevas pruebas olfativas para detectar a personas más jóvenes: "Si pudiéramos identificar a las personas de 40, 50 y 60 años que tienen mayor riesgo desde el principio, podríamos tener suficiente información para inscribirlas en ensayos clínicos y desarrollar mejores medicamentos", apuntó la autora principal del estudio Rachel Pacyna.

Otros síntomas del Alzheimer según la Alzheimer's Association

1. Pérdida de memoria que altera la vida diaria. Olvidar información aprendida recientemente, propia de la etapa inicial.
2. Desafíos en la planificación o resolución de problemas. Cambios en su capacidad para desarrollar y seguir un plan o trabajar con números.
3. Dificultad para completar tareas familiares. Pueden tener dificultades para conducir, organizar la lista de la compra o recordar las reglas de un juego.
4. Confusión con el tiempo o el lugar. Pueden perder la noción de las fechas, las estaciones y el paso del tiempo.
5. Dificultad para comprender imágenes visuales y relaciones espaciales.
6. Problemas con las palabras al hablar o escribir. Destacan las dificultades para seguir o unirse a una conversación. Pueden detenerse en medio de una conversación y no tener idea de cómo continuar, o repetir lo que dicen.
7. Extraviar cosas y perder la capacidad de volver sobre sus pasos.
8. Juicio disminuido o deficiente. Cambios en el juicio o la toma de decisiones.
9. Retirada del trabajo o de las actividades sociales. El resultado de la dificultad de mantener o seguir una conversación trae consigo que puedan abandonar sus aficiones o compromisos por la dificultad de seguir el ritmo.
10. Cambios de humor y personalidad.