Salud Bienestar

Un estudio muestra mayor presencia de microplásticos en el cerebro que en el hígado o los riñones

Un estudio descubre mayor presencia de microplásticos en el cerebro que hace diez años. / Foto: iStock

Arianna Villaescusa

Un estudio realizado por el equipo de ciencias de la salud de la Universidad de Nuevo México (EE. UU.) ha observado la presencia de gran cantidad de partículas de plástico en el cerebro humano, más que en otros órganos como pueden ser el hígado o los riñones.

La investigación se ha desarrollado mediante la toma de muestras post mortem, observando mayor concentración en las recogidas el pasado año que en las de 2016. Aunque todavía no se sabe del todo las implicaciones que tienen estos compuestos en la salud humana, sí demuestran las consecuencias de una mayor concentración de los plásticos en el ambiente, señalan científicos responsables de la investigación.

El director de la investigación, Matthew Campen, y su equipo emplearon técnicas novedosas para analizar la distribución de micro y nanopartículas en muestras de tejidos hepáticos, renales y cerebrales —un total de 52 en este último caso— de personas que se les realizaron autopsias en 2016 y 2024. "Los hallazgos deberían activar la alarma", recoge un comunicado oficial.

Sin pruebas de sus efectos en la salud

En el caso de las muestras del cerebro, todas de la corteza frontal, contenían concentraciones sustancialmente más altas de partículas de plástico que en el caso de los tejidos de hígado y riñón. Comparando estos hallazgos con los de muestras de periodos anteriores (1997-2013), había una mayor cantidad en las muestras más recientes.

Aunque se observó también una mayor cantidad de partículas en cerebros diagnosticados con demencia, los autores no establecen una relación causal entre estos plásticos y los efectos sobre la salud, para lo cual se necesitarían más estudios al respecto. Si bien, sugieren que algunas variaciones podrían deberse a diferencias geográficas, ya que los ejemplares se tomaron en Nuevo México y en localidades de la costa estadounidense.

Las investigaciones sobre la presencia de pequeños plásticos en los organismos vivos suelen ser recurrentes desde los últimos años, como es el caso de una de las últimas que localizaba altas concentraciones en placentas de bebés.