Salud Bienestar

Cómo evitar y actuar ante un golpe de calor

  • Exponerse a altas temperaturas durante mucho tiempo provoca una deshidratación en el organismo y problemas graves de salud
  • La última ola ha dejado 360 fallecidos en España, según las estimaciones del Instituto de Salud Carlos III

Rocío Antolín

A medida que avanza el verano, el sol brilla y los termómetros superan los 30 grados, e incluso los 40 en muchas partes del país. Cuando Los Rodríguez cantaron 'Hace Calor' seguro que no estaban pensando en las olas de calor y en las consecuencias que acarrean. El riesgo de sufrir un golpe de calor es muy alto teniendo en cuenta las elevadas temperaturas y la humedad excesiva. Puede producir una deshidratación por la pérdida de líquidos y sales minerales, y provocar graves problemas para la salud. Desde elEconomista.es presentamos un manual para evitar y actuar ante un golpe de calor.

Se define como un trastorno ocasionado por el exceso de calor en el organismo, generalmente como consecuencia de la exposición prolongada o del esfuerzo clínico a altas temperaturas, según explica la Clínica Mayo. Estos fenómenos son cada vez más frecuentes debido al cambio climático. La última que ha golpeado España ha dejado 360 fallecidos entre el 10 y 15 de julio según las estimaciones del Instituto de Salud Carlos III. La cifra multiplica las muertes que se produjeron en el verano de 2003 (182 defunciones), el peor desde que lleva a cabo un registro.

Existen personas más vulnerables a sufrir un golpe de calor ya sea por la edad, la profesión a la que se dedican o la actividad que están realizando en ese momento. Entre ellos, se encuentran los mayores de 75 años, pacientes con enfermedades crónicas como patologías cardíacas, respiratorias, hipertensión arterial, obesidad o diabetes, entre muchas otras; quiénes están tomando medicación especial como tranquilizantes, antidepresivos, psicótropos o diuréticos; y bebés y niños menores de cuatro años. "Esta situación de riesgo que puede ser muy grave, sobre todo, en niños y mayores ya que son quiénes presentan más riesgo de sufrirlos", indican los expertos.

Para poder reaccionar a tiempo y de manera adecuada es importante conocer los síntomas. Los signos aparecen en dos fases. En la primera etapa, los más habituales son dolor de cabeza, mareos, nauseas e incluso vómitos; temperatura corporal elevada, sed intensa y piel roja, caliente y seca, según Sanitas. En la siguiente fase aparecen calambres, aumento de la temperatura corporal. Puede subir hasta los 40 grados en solo 10 y 15 minutos; convulsiones y alteración de la conciencia o desorientación. En el momento en el que se reconocen los síntomas hay que acudir al servicio de urgencias.

En el caso en el que no exista la posibilidad de trasladar a la persona a un centro de salud la compañía de seguros de salud y bienestar indica una serie de pasos a seguir. En primer lugar, se debe llevar a la persona afectada a un lugar con sombra y lo más fresco posible. Hay que colocarla en posición semisentada con la cabeza levantada para favorecer la respiración y que pueda entrar aire. Una vez se haya mejorado el estado se le acompañará a un servicio médico para que se someta a una revisión exhaustiva y posteriormente a un estrecho seguimiento médico durante algunos días.

El grupo hospitalario Quirónsalud aconseja una hidratación continua. A los niños hay que ofrecerles agua aunque ellos no lo pidan, sobre todo, si se va a realizar alguna actividad. Además, hay que evitar realizar ejercicio o exponerse al sol en las horas más calurosas del día, es decir, entre las 12 y 16 horas de la tarde. También, se debe utilizar ropa transpirable y holgada que permita al cuerpo enfriarse. "Es recomendable el uso de gorros y crema solar para una mayor protección", indican.