Salud Bienestar
Los niños que aprenden esta habilidad desde pequeños tienen mucho éxito en la vida
- El acceso a los libros y el compartir lecturas con los más pequeños resulta fundamental
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Arianna Villaescusa
El aprendizaje de los niños se produce de una forma muy acelerada, especialmente en etapas tempranas. Esto se desarrolla en diferentes etapas que van desde el aprendizaje del lenguaje hasta procesos de razonamiento más complejos. Una de las principales cosas que aprendemos ya desde pequeños es a leer, siendo este uno de los hábitos más importantes, el cual también tiene consecuencias positivas en la salud mental.
No todos los niños empiezan a leer al mismo ritmo, sin embargo, existen una serie de indicadores que pueden ayudar de forma significativa a acelerar estos procesos. Una de las primeras son los balbuceos, los cuales se interpretan como la intención de los más pequeños de comenzar a hablar. Si los propios padres "contestan" esos intentos de diálogo, se comienzan a solidificar las bases del lenguaje y se forma un vínculo emocional más profundo.
Una de las fases por la que pasan todos los niños es la que algunos expertos denominan "la fase de por qué", la cual suele desarrollarse entre los 2 y los 4 años. Este periodo, aunque a veces pueda llegar a resultar un tanto "molesto" para los padres, especialmente cuando no saben muy bien qué responder, es fundamental para el desarrollo del pensamiento.
Otros indicadores
Los juegos con los sonidos y las palabras es otro de los indicadores de evolución del pensamiento, donde aprovechan cualquier momento para vincular cada sonido o letra a una palabra, por ejemplo, 'p', papa, patata, perro… Asimismo, en etapas más avanzadas, comienzan a aprender canciones, juegos de palabras, trabalenguas o rimas. Esto se produce gracias a la diferenciación fonológica.
Una vez que ya son capaces de leer y/o escribir casi cualquier texto, es normal que lleven a cabo estas actividades casi en cualquier momento del día, ya que se trata de una nueva habilidad novedosa. En este sentido, la acción de los padres resulta fundamental, puesto que han de estar detrás en todo momento para promover la lectura. Esto puede hacerse aprovechando cualquier ocasión para compartir lecturas, más allá de la hora de irse a dormir.
Entre los beneficios de la lectura destacan algunos como la estimulación de la imaginación, el fortalecimiento del lenguaje, el desarrollo de la capacidad de concentración y la promoción del pensamiento crítico. Así, tanto en el hogar como en el colegio resulta imprescindible que los más pequeños tengan acceso a los libros siempre que ellos quieran, puesto que esto contribuye en gran medida a que adquiera este hábito más fácilmente.