Salud Bienestar

Las personas que acarician a perros por la calle sea cual sea la raza tienen estas características, según la psicología

iStock

elEconomista.es

En España casi la mitad de hogares cuentan con mascota, ya sean perros gatos o peces de colores. En la mayoría de las casas han pasado a ser parte fundamental de la familia, cosa que explica lo que se siente cuando se ve a un perro por la calle.

Los últimos estudios cruzados de las universidades de Florida, Carroll y Marquette han determinado que esto no es un solo gesto de ternura espontánea, sino que aquellas personas que no pueden resistirse a acariciarlo tienen unas características específicas que afectan al estado emocional de la persona.

Beneficios del contacto con animales

Como una granja escuela o un perro de terapia. Se ha demostrado que el contacto con animales tiene efectos directamente tanto en cuerpo como en mente. Se trata de una relación que contribuye a estabilizar el ritmo cardíaco, bajar la presión la arterial o reducir la tensión de manera casi inmediata.

Una mascota es por ello más que un compañero. Estas caricias frecuentes favorecen el vínculo que se forma y es crucial en momentos de ansiedad o soledad.

De hecho, las personas conviven a diario con mascotas suelen destacar por tener más desarrollada su paciencia, empatía y facilidad para crear lazos afectivos más profundos. Además, se observa un patrón en función a las rutinas propias de perros o gatos.

Animales "desconocidos"

En el caso de animales con los que se tiene una breve interacción (de 5 a 20 minutos) puede reducir los niveles de cortisol y aumentar la oxitocina en humanos y en los perros. Así es como se genera una sensación de relajación y bienestar que no depende exclusivamente de si el animal es ajeno o propio.

La interacción de acariciar estimula la vinculación emocional, similar a los efectos del contacto social entre humanos, gracias al aumento mutuo de oxitocina.