Salud Bienestar
Cuántas bacterias hay en un beso: esto es lo que duran en tu boca
elEconomista.es
Aunque parezca mentira, en nuestra boca conviven a diario millones de bacterias de cientos de especies diferentes. Muchas de ellas desempeñan un papel beneficioso para nuestra salud, impidiendo el crecimiento de patógenos, ayudando al sistema digestivo o manteniendo en alerta al sistema inmunitario, entre otras funciones. Otras bacterias, en cambio, pueden perjudicarnos, generando infecciones o enfermedades.
Las bacterias pueden acceder a nuestro cuerpo a través de la alimentación, mediante la ingesta de comida o bebida contaminada; pueden hacerlo a través de la respiración, al inhalar gérmenes que se encuentran en el aire; también pueden acceder directamente a través de la piel, al entrar en contacto con cortes o heridas abiertas; pueden acceder al torrente sanguíneo en operaciones quirúrgicas (con material no desinfectado), en ataques de animales o en mordeduras de insectos. Pero también podemos ser nosotros mismos quienes transmitamos nuestras bacterias a otras personas.
De acuerdo con estudio publicado en 2014 en la revista Microbiome, en un beso "íntimo" de unos diez segundos se puede producir una transferencia de 80 millones de bacterias. En consecuencia, es irremediable que surja la siguiente pregunta: ¿debe esto preocuparnos?
Según un artículo publicado en The Conversation por la microbióloga Jéssica Gil y el biólogo Alejandro Mira, la mayoría de bacterias que se intercambian en un beso son transitorias, de tal forma que son eliminadas sin que nos demos ni cuenta. "La capacidad de las bacterias para establecerse en la boca depende de si pueden adherirse a alguna de sus superficies o no. Además, el sistema inmunitario no se lo pone fácil, ya que la saliva concentra un tipo de anticuerpos llamados IgA, producidos por las mucosas, que intentan bloquear la adhesión de las bacterias", explican los investigadores.
Por lo tanto, es difícil que una bacteria logre establecerse en nuestra boca (aunque no es imposible). Por ello, es fundamental establecer hábitos de higiene dental, con el que ponérselo difícil a las bacterias dañinas.