Así es por dentro una cámara hiperbárica, clave en el rescate del submarino del Titanic
- Sirve para terminar el proceso de descompresión tras las altas presiones soportadas
- Sigue en directo todas las noticias del submarino desaparecido
- Dónde están los restos del Titanic y a qué profundidad se hundió
elEconomista.es
Una cámara hiperbárica, de buceo, de descompresión o de recompresión, entre otras denominaciones, es uno de los instrumentos que están presentes en las inmersiones y buceo, aunque también se ubican en hospitales y centros médicos, así como en el cuartel de la Marina de los Estados Unidos, por ejemplo.
De hecho, es una de las claves a la hora de rescatar a un las personas que hayan quedado atrapadas en un submarino hundido, como sucede en el caso del sumergible Titán, en paradero desconocido desde el pasado domingo, cuando perdieron el contacto desde el fondo marino, con cinco personas en el interior.
Actualmente, no se ha encontrado la nave en el fondo del Atlántico, pero la cámara de descompresión sería clave en caso de hacerlo. De hecho, entre los vehículos sumergibles enviados para el rescate, se encuentra el Glace Bay, que dispone de cámara de descompresión móvil y personal médico.
Los expertos apuntan a un problema respecto a ello: el Titán no dispone de escotilla, por lo que los tripulantes están sellados al completo en el interior y el equipo de rescate tendría que elevar el submarino desde las profundidades del océano para hacer el rescate en la superficie.
¿Para qué sirve la cámara de descompresión?
La cámara de buceo combina altos flujos de oxígeno puro con una presión superior a la atmosférica, de tal modo que se pueden alcanzar y mantener diferentes presiones ambientales dentro de la cámara para simular la presión que sufre un buceador en profundidad, tal y como indican desde la web especializada en buceo Dressel Divers.
Cuando una persona que ha estado a una determinada profundidad entra en la cámara de descompresión, que tiene forma de cilindro, comienza a recibir mucho más oxígeno del que sería posible al respirar a una presión de aire normal.
Así, estas cámaras pueden estar tanto en tierra como en el agua. Cuando los buceadores pasan mucho tiempo en las profundidades, soportando grandes presiones, estas sirven para terminar el proceso de descompresión.
Por lo general, los buzos no alcanzan los niveles necesarios para tener que usar las cámaras de buceo e, incluso, si se alcanza una gran profundidad, lo más normal es que puedan llevar a cabo el proceso de descompresión haciendo paradas en su ascenso para ir eliminando el nitrógeno disuelto en la sangre que se ha ido acumulando durante el buceo.
Con el tratamiento, "la presión en la cámara de buceo vuelve a los niveles normales. La presión disminuye lentamente, simulando un ascenso muy lento, lo que permite que los tejidos del buzo desgasifiquen lentamente el nitrógeno", se indica.
Tal es la importancia de este tratamiento, que algunas empresas especializada en buceo disponen de una cámara hiperbárica, aunque no la tengan que utilizar de forma habitual, sino en casos de emergencia, como indican desde Clínica Hiperbárica.
Síndrome de descompresión rápida
También conocido como mal de presión, el síndrome de descompresión rápida ocurre cuando un buceador asciende desde las profundidades sin hacer paradas para poder completar el proceso de descompresión.
Los buzos que alcanzan grandes profundidades bajo el agua no respiran de las bombonas de oxígeno normales, sino que lo hacen con aire comprimido, que contiene nitrógeno, que se entra en los tejidos del cuerpo.
Mientras el buzo está en el agua, esto no supone ningún problema, pero, cuando comienza a ascender, debe hacerlo lentamente para poder ir eliminando el nitrógeno de forma progresiva.
Por el contrario, si asciende rápidamente, el nitrógeno forma burbujas en el cuerpo, lo que puede causar daños en los tejidos y en los nervios. De hecho, en casos extremos, puede causar parálisis o la muerte si las burbujas han llegado al cerebro, tal y como indican desde Cigna.
El caso extremo de Byford Dolphin
Existe un caso muy extremo de descompresión rápida, conocido como accidente de Byford Dolphin, en el que murieron cuatro buzos de forma trágica, al darse una diferencia de presión de nueve atmósferas más respecto al exterior. El resultado del error, que se explica en el siguiente vídeo, produjo una descompresión explosiva.