Cambiar esta configuración en tu lavadora podría ahorrarte un buen pellizco en la factura de la luz, según la OCU

Aunque no es ni de lejos el electrodoméstico que más energía gasta, la lavadora es uno de esos dispositivos que puede disparar nuestra factura de la luz antes siquiera de que nos demos cuenta. Y es que hacer un buen uso de este aparato cuando ponemos ropa a lavar podría ahorrarnos un gran porcentaje de dinero, y de preocupaciones. Pero para ahorrar, primero hay que saber como hacerlo.

Un truco de lo más sencillo para que la lavadora de nuestra casa gaste menos es bajar la temperatura. Varias investigaciones avaladas por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) determinan que el 85% de la energía que utiliza este electrodoméstico cuando está encendido es para calentar el agua, por lo que para reducir su consumo basta con disminuir en unos grados la temperatura para rebajar, de igual forma, nuestro recibo.

La temperatura ideal

Para maximizar el ahorro lo ideal es lavar a una temperatura de entorno a los 30 o 40 grados, siempre que sea posible claro, dado que hay prendas que necesitan lavarse con un programa específico por las características de su tejido. Un lavado en frío (a 20 grados), por ejemplo, es la mejor opción para prendas delicadas o de colores brillantes que solo necesitan refrescarse un poco.

Las temperaturas más bajas son perfectas para prendas que lavamos (casi) a diario, aunque tendremos que subirla a 40 grados cuando queramos acabar con alguna mancha difícil en ropa de algodón o toallas. Subirla por encima de este baremo tan solo hará que gastemos más energía, pues mantenerse por debajo de los 50 grados es más que suficiente para que desaparezcan todos los lamparones.

Beneficios del programa ECO

Otra opción es guiarse, en lugar de por la temperatura, por los programas de nuestra lavadora. Ya sabemos que lavar a 30 grados consume menos energía que hacerlo a 40, pero resulta que escoger el programa ECO también puede ayudarnos a reducir considerablemente nuestro gasto energético, un 33% de media.

Esto viene porque utiliza menos agua, una media de 50 litros por ciclo de lavado, mientras que otros pueden utilizar casi 78 litros. Y aunque parezca que en un primer momento gasta más porque es más largo, lo cierto es que solo tarda más tiempo en calentar el agua, distribuyendo de forma más equitativa el consumo.

No obstante, si que es cierto que es menos eficaz en eliminación de manchas y en aclarado, ya que al utilizar menos agua puede dejar restos de detergente en la ropa que pueden afectar a las pieles más sensibles.