El rescate de China a Lycra se tambalea: los aranceles pueden dar la estocada final a la marca americana
- Lycra había acordado su venta a una firma china controlada por el Estado...
- ...pero los aranceles cierran esa vía y acercan la quiebra
elEconomista.es
Lycra es una compañía conocida por inventar la fibra elástica para tejidos, prendas de ropa como leggins o mallas y pantalones pitillo. La firma americana se fundó en 1958 y ha hecho todo tipo de diseños, llegando a atletas profesionales y hasta el traje que llevó Neil Armstrong cuando pisó la luna. Sin embargo, los años de gloria de la marca han quedado atrás y ahora el escenario más plausible es la quiebra. Aunque la compañía ha estado buscando una salida, la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y su agresiva política arancelaria están dificultando su supervivencia.
La empresa de la fibra elástica encadena problemas en los últimos años, por su alta deuda y las dificultades para pagarla. De hecho, actualmente está controlada por antiguos acreedores que se han convertido en accionistas, China Everbright Limited, Lindeman Asia y Tor Investment Management, tras la reestructuración de 2022. Actualmente, Lycra sigue en aprietos para devolver el dinero que le han prestado y está negociando su venta con una firma china controlada por el Estado, según Bloomberg. Sin embargo, los aranceles han enturbiado la operación.
Lycra ya tiene muchos vínculos con China y es allí donde se encuentra su mayor fábrica. A principios de año, el comprador chino acordó adquirir la firma y se comprometió a pagar su deuda, una salida muy buena para la compañía. Sin embargo, ese plan ahora hace aguas y se barajan otras opciones. Por ejemplo, que sus actuales acreedores se hagan con el control del negocio y que se reduzca el apalancamiento actual, detalla la agencia americana citando a fuentes cercanas a las negociaciones. El cambio de postura es lógico, ya que los aranceles se han entrometido en los planes de ambas partes.
En enero, Donald Trump no había anunciado los aranceles recíprocos y era difícil imaginar que el conflicto comercial llegaría tan lejos. Solo tres meses más tarde, el arancel de EEUU a China es del 145% y de China a EEUU es del 125%. Es decir, que ambas geografías hagan negocios es prácticamente inviable. Pekín admitió que no iba a seguir subiendo el porcentaje a su rival porque, en los niveles actuales, es casi imposible el comercio entre ambas. Por supuesto, Lycra no se libra de esta situación.
Estando su mayor fábrica en China, todo lo que salga de allí a EEUU, donde tiene la sede la compañía, tendrá que pasar por ese peaje del 145%. Pero no es el único escollo, ya que también tiene parte de la producción en México, por ejemplo. Si Lycra ya estaba muy debilitada financieramente, los aranceles pueden ser la estocada final. Por la parte del comprador, los riesgos asociados a la adquisición de la compañía se han multiplicado.
Lycra tiene un vencimiento de 300 millones de dólares a finales de este mes y tiene otro de 700 millones de dólares el próximo mes, en mayo, según Bloomberg. Por eso, sin el comprador que salve a la firma, tiene que ser capaz de pagar lo que debe o volver a llevar a cabo una reestructuración. Ninguna de las opciones es idónea.
El caso de Lycra refleja cómo los aranceles pueden frenar una operación de M&A y condicionar el destino de una compañía. Además, muestran las dificultades de las empresas americanas y textiles que tienen fábricas por todo el mundo. Ya no es evidente que sus prendas puedan llegar sin obstáculos a sus clientes. Los aranceles son un escollo más para la firma famosa por crear la fibra elástica.