Tommaso Di Giovanni (Philip Morris): "Valoramos la regulación y el clima político a la hora de decidir donde instalamos una fábrica"
- La compañía expone que el tabaquismo apenas se ha reducido en España por la legislación
- "Es un país importante para nosotros, con alrededor de 50.000 empleos que dependen directa o indirectamente de la industria", dice
Carles Huguet
Barcelona,
España está en los planes de expansión industrial de Philip Morris International. La mayor empresa tabacalera del mundo presentó el año pasado un plan para poder abrir una fábrica y un centro de transformación digital al Gobierno, pero la decisión definitiva todavía no está tomada. La firma advierte que a la hora de sellar la operación se tendrán en cuenta aspectos como la regulación y el entorno político y general del país, algo que puede jugar en contra de España.
El vicepresidente de comunicación internacional de la organización, Tommaso Di Giovanni, explica a elEconomista.es que España está entre las opciones para albergar la nueva planta de cigarrillos electrónicos que plantea el grupo. "Es un país importante para nosotros, con alrededor de 50.000 empleos que dependen directa o indirectamente de la industria", sostiene el dirigente. "Cuando pensamos en ampliar nuestra huella de fabricación entra en la discusión, y aunque en esta etapa no tenemos establecidos de forma específica los próximos pasos en este campo, estamos considerando una serie de opciones y eso incluye a España", añade.
El ejecutivo señala que Philip Morris International no tiene una fecha límite a la hora de tomar una decisión, aunque el peso de los productos electrónicos y sin humo es cada vez mayor. No obstante, advierte: "Analizamos una serie de factores, como si el país apoya la categoría, la regulación o el entorno político y general del país". Y España, por el momento, se ha mostrado poco proclive a estos nuevos productos. En noviembre lanzó a audiencia pública el Real Decreto que prohíbe los aromas en los vapers y añadirá advertencias sanitarias en el etiquetado -también en los artículos sin nicotina- y plantea la prohibición de facto de las bolsas de nicotina.
España, en cambio, si puede lucir fortalezas, como la disponibilidad de mano de obra o la capacidad para obtener materiales necesarios para la fabricación de los cigarrillos electrónicos.
Como ya ha explicado elEconomista.es, la hoja de ruta de la compañía pasa por la construcción de una nueva fábrica, que posiblemente se instalaría en Extremadura, donde ya tiene un centro de atención al cliente de IQOS y otra instalación que da soporte a estanqueros de todo el país. El conglomerado además estudia abrir un hub de transformación digital en Cataluña, siendo Barcelona la ciudad preferida.
La nueva planta se enmarca en el proceso de transformación en el que está inmerso Philip Morris International, con la apertura o reconversión de hasta siete fábricas en Europa para la producción de tabaco calentado y snuts o tabaco oral. En comparación, en el Viejo Continente solo tiene dos instalaciones productivas que elaboran cigarrillos tradicionales.
"La fabricación tiene ahora un nivel de complejidad muy superior, porque implica ciencia. Implica una calidad que muy a menudo debe estar cerca de los estándares farmacéuticos", compara Di Giovanni.
En esta renovación, el directivo lamenta la lentitud de las autoridades españolas para adaptarse a las nuevas tendencias. "Una de las consecuencias de ello y de la regulación actual es que en España el tabaquismo no ha disminuido sustancialmente en los últimos años; probablemente indique es hora de pensar en formas más innovadoras y alternativas de abordar el problema", lamente. Y añade: "Debemos mantener los esfuerzos para desincentivas el tabaquismo, pero a la vez debemos fomentar la adopción de otros productos que sean mejores opciones como han hecho Nueva Zelanda, el Reino Unido, República Checa o Grecia". En el lado contrario, compara, están España y Bélgica, por ejemplo.
Para otro capítulo queda el tratamiento a las bolsas de nicotina, cuya comercialización fue aprobada a mediados de enero por la FDA, que citó beneficios para los fumadores adultos a la hora de reducir el consumo. Se trata, no obstante, de un producto todavía residual en España, aunque sí tiene una fuerte aceptación en mercados del Norte de Europa.