Retail - Consumo

Las múltiples caras de Shein: de su exitoso análisis de datos a las cuestionadas jornadas de sus trabajadores

  • Sus trabajadores soportan jornadas de 12 horas, un descanso al mes y salarios bajos
  • En 2023 la firma china reveló casos de trabajo infantil en sus proveedores
  • Su algoritmo es capaz de predecir en tiempo real las tendencias de decenas de mercados
Foto: Alamy

Alejandro Serrano Martínez
Madrid,

Shein muestra múltiples caras. La 'A' es la que todos saben: una tienda que es conocida por sus prendas de vestir económicas, que se fabrican en China y con una amplia variedad de productos, apelando al eslogan recurrente de 'bueno, bonito y barato'. Otra está relacionada con la conexión con los usuarios, gracias a un análisis de datos exhaustivo que permite adelantarse a gran parte de su competencia. Por otro lado, la compañía textil esconde otra cara oculta en la que las jornadas de sus trabajadores son explotadoras.

Una de las principales características de Shein es la velocidad de producción. Para ello, la marca fundada en China estira demasiado el chicle de lo que realmente es una jornada laboral justa, con jornadas interminables (sin contar las pausas para el almuerzo y la cena) y con escaso descanso. Así lo asegura la BBC tras entrevistar a varios de estos empleados de diez fábricas de la compañía. Muchos de ellos relatan que sus jornadas llegan a las 75 horas a la semana, cuando según las leyes laborales chinas, la semana laboral promedio no debe exceder las 44 horas, además de garantizar al menos un día de descanso cada siete días.

"Normalmente trabajamos 10, 11 o 12 horas al día", confiesa una mujer de 49 años. "Los domingos trabajamos unas tres horas menos", asegura. El horario laboral más común es el de 08.00 a más de 22.00 horas. Y es bastante normal que estas jornadas se terminen alargando, ya que por la noche continúan llegando más telas en los camiones. "Si un mes tiene 31 días, trabajo 31 días", llegan inluso a confesar algunos empleados.

Y luego está el salario. El problema no está en los plazos de cobro (y menos mal), sino en las cantidades. Un informe publicado de Public Eye, una organización no gubernamental suiza que promueve los derechos humanos, aseguró, tras entrevistar a 13 trabajadores textiles en fábricas que producen ropa para Shein, que varios empleados trabajaban excesivas horas extra y que el salario básico sin horas extra era de 327 dólares, muy por debajo de los casi 900 dólares que la Asia Floor Wage Alliance (una alianza asiática que busca proteger a los trabajadores de la industria de la ropa) considera necesarios para un "salario digno".

"Estas horas no son inusuales, pero está claro que son ilegales y violan los derechos humanos básicos.

Aunque en realidad el salario sigue dependiendo de la cantidad de artículos producidos. "Nos pagan por pieza", explica uno de los trabajadores. "Depende de la dificultad de la prenda. Algo tan sencillo como una camiseta es uno o dos yuanes (menos de un dólar) por pieza y puedo hacer una docena en una hora". Todo esto es algo que denuncia David Hachfield, el portavoz de esta organización. "Estas horas no son inusuales, pero está claro que son ilegales y violan los derechos humanos básicos. Es una forma extrema de explotación y esto debe hacerse visible", señala.

La última de las polémicas asociadas con Shein es la revelación de varios casos de trabajo infantil en sus proveedores, tal y como confirmó la compañía en su informe de sostenibilidad 2023. Tras esta publicación, la firma del gigante asiático indicó que solo reanudará el suministro con ellos una vez implementen mejoras significativas en sus procesos, incluyendo una verificación más estricta de los documentos de identidad de los empleados.

La importancia del análisis de datos

Uno de los aspectos que diferencian a Shein respecto a muchos de sus competidores está en el análisis de los datos, basado principalmente en un concepto que los analistas denominan "comercio en tiempo real". Todo esto bajo un algoritmo que determina los pedidos. Es decir, si los usuarios hacen clic repetidamente en una determinada prenda o pasan más tiempo mirando un pantalón, Shein sabe qué pedir a las fábricas para que produzcan más.

Por eso, en lugar de prestar atención a la moda que se presenta en los desfiles, Shein prefiere escuchar a redes como TikTok o Instagram para identificar las nuevas novedades. Para ello son muy útiles las influencers de la moda, que sirven de referencia para estas compañías. En definitiva, este algoritmo permite averiguar qué artículos de moda son tendencia en las búsquedas y a qué responde la gente en los sitios web de la competencia.

"El algoritmo de Shein es capaz de predecir en tiempo real las tendencias de decenas de mercados"

"El algoritmo de Shein es capaz de predecir en tiempo real las tendencias de decenas de mercados. En su plataforma aparecen diariamente prototipos de miles de prendas y, basándose en el monitoreo del comportamiento de los usuarios, es capaz de predecir la demanda y el número de artículos que realmente se necesitará en el inventario", afirma Mark Greeven, profesor de Innovación en la escuela de negocios IMB de Lausana.

El culpable de que te dejes parte de tu sueldo en ropa

El artífice de poner esta marca en el escaparate mundial se llama Chris Xu, su fundador y actual CEO de la, seguramente, tienda de moda más conocida del momento, capaz de vender ropa en más de 150 países.

Con un patrimonio de 9.100 millones de dólares, según las estimaciones de Forbes, Xu pegó el estirón profesional en 2020, año en el que la pandemia provocó que muchas personas de la Generación Z recurrieran a sus ofertas tan económicas y accesibles.

Sus inicios datan del 2008, cuando el empresario chino nacido en 1984 lanzó la plataforma ZZKKO, el origen de la actual Shein. Aunque tuvo que esperar un poco más para saborear las mieles del éxito, gracias al negocio de los vestidos de novia, con los que logró grandes volúmenes. Esto le hizo ir más allá y lanzar en 2013 Sheinside. Por aquel entonces, Xu empezó a vender por Europa y en 2015 acabó por lanzar la nueva marca Shein.

Chris Xu, creador y CEO de Shein.

En un comunicado de prensa que anunciaba el cambio de nombre de la empresa, Xu explicó lo siguiente: "Nuestro objetivo es, como máximo, brindar a nuestros clientes una mejor experiencia de usuario. Y tenemos una gran confianza para transferir la gran proporción de capital en la marca original, así como en el mercado y consolidar la lealtad del consumidor y el conocimiento de la marca".

Desde entonces, Xu ha prestado especial atención al desarrollo de la cadena de suministro de Shein. El empresario vio la importancia de la tecnología en las cadenas de suministro y cómo podía utilizar la demanda real del mercado para trasladar los ahorros de costes a los consumidores reduciendo así la sobreproducción. "Muy pocos países tienen una cadena de suministro completa. China la tiene, y nadie puede competir con ella", indica Sheng Lu, profesor de Estudios de Moda y Confección en la Universidad de Delaware, en declaraciones a BBC.