Retail - Consumo

Las ventas de cerdo a China se desinflan tras el covid y caen más del 50% en dos años

China invirtió para recuperar su disponibilidad de cerdo. iStock

Carles Huguet
Barcelona,

Al incremento generalizado de los costes, el sector porcino español ha sumado otro frente con la salida de la pandemia: el desplome de las exportaciones a China. El gigante asiático, que se convirtió en el principal comprador de cerdo y llegó a adquirir tanto producto como el resto de los países de la Unión Europea. Las restricciones sanitarias por el coronavirus y un brote peste porcina fueron los principales responsables de un auge que se ha desinflado rápidamente, con un descenso superior al 55% en los últimos dos años que obliga a las grandes compañías a virar en busca de otros mercados.

Según los datos del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, hasta el mes de noviembre de 2023 el valor de las exportaciones porcinas al país era de 1.140,84 millones de euros frente a los 1.469,5 millones de euros que registraba en el mismo periodo de 2022 (ver gráfico). El descenso es del 22,3% y se suma a la rebaja del 40% cosechada hace dos años frente al 2021, cuando a falta de un mes para cerrar el año el dato era de 2.579,5 millones de euros.

"El descenso de la exportación a China era esperado. La razón es el acelerado proceso de recuperación de su cabaña porcina tras la epidemia de fiebre porcina africana", explica Daniel de Miguel, director internacional de Interporc. En 2019, el gigante asiático llegó a sacrificar entre el 35% y el 60%, según las fuentes consultadas, de sus ejemplares de cerdo debido a esta enfermedad, que justó empalmó con las restricciones a la movilidad por el coronavirus.

España, libre de enfermedades –a diferencia de otros mercados europeos-, se erigió entonces como alternativa y enlazó crecimientos a doble dígito que todavía se disfrutan. "China sigue siendo el principal cliente, España el primer proveedor y los datos de 2023 se mantienen por encima de los que había antes de la epidemia", añade De Miguel. El descenso incluso afectó al volumen de exportaciones total de infraestructuras como el Puerto de Barcelona, admitían hace una semana sus responsables en una comparecencia.

Las empresas españolas tradicionalmente exportaron a China partes del cerdo como las orejas, las lenguas o los riñones, muy instauradas en su cultura culinaria. Con la escasez se disparó el consumo de otras partes del animal; una realidad que ha desaparecido con la recuperación. El gigante asiático además ha lanzado un plan de inversión para la construcción de macrogranjas con hasta 50.000 cabezas frente a las 7.200 que permite, como máximo, España.

"El trabajo está ahora en buscar nuevos mercados y consolidar en los que ya estamos. El mercado chino es un mercado importante que nos preocupa, pero vemos otras posibilidades, aunque no es fácil la apertura de nuevos destinos, es un proceso en el que trabajamos de la mano del Ministerio y que puede tardar incluso tres años", señala Ignasi Pons, secretario general de la Federación Empresarial de Carnes e Industrias Cárnicas (Fecic).

Entre los destinos que crecen en los primeros once meses de 2023: Francia (+2% en volumen y +24%% en valor), Italia (+26,9% y +70,9%) o Polonia (+16,8% y +51,6%). Fuentes del sector lamentan eso sí que el crecimiento de otros mercados europeos y asiáticos no ha compensado el descenso de China que, eso sí, se intuía que era algo coyuntural. Sí permitió mantener producciones elevadas mientras Alemania o Italia llevan desde 2020 con descenso de la actividad porcina.

La puntilla de la inflación para el sector porcino

El fin de esta etapa extraordinaria coincide con la subida generalizada de los costes, que ya se ha llevado por delante algunas empresas como Artigas, Sector Càrnic d'Osona, Cárnicas La Cope. Incluso el proveedor de Mercadona, Incarlopsa, ha tenido que sentarse con la banca para refinanciar vencimientos de su deuda por la caída de la caja. Sufren especialmente aquellas que no cuentan con granjas propias, que son las más abocadas a concursos y reestructuraciones, explica una fuente financiera. Para 2024 impactará en las exportaciones. La misma empresa, bajo condición de anonimato, lamenta que en España está el cerdo más caro del mundo.

"El año para el sector porcino es complicado, tanto en mataderos como en la industria, especialmente para los productos elaborados. El elevado precio en el que se mueve el cerdo es un problema que está condicionando muchísimo al sector", advierte Pons.

Y según sostienen las firmas del sector, el coste de la materia prima no se ha podido repercutir de manera proporcional en el precio de la carne. De ahí la caída de los márgenes generalizada.