Retail - Consumo

Codorníu refinancia 190 millones de deuda con la banca internacional

  • Prolonga dos años los vencimientos con entidades como Société Générale, ING y BNP Paribas 
  • Pese a la subida de los tipos, la cavista asegura que se firmó con "condiciones similares" al anterior programa 
Bodegas de Codorníu, en Sant Sadurní d'Anoia (Barcelona). Luis Moreno

Carles Huguet
Barcelona,

Casi cinco años después del aterrizaje de Carlyle en el accionariado, Codorníu refinancia su deuda. Al calor de los buenos resultados cosechados el año pasado, la compañía se sentó con la banca acreedora para prolongar por dos años más el calendario de pagos del préstamo de 187 millones firmado en 2018. La organización estirará así hasta 2027 el programa de deuda y se da un horizonte financiero despejado para aplicar su viraje hacia cavas de gama más elevada.

Según ha podido saber elEconomista.es, la refinanciación se firmó el pasado mes de octubre. La compañía sostiene que se hizo "en condiciones similares" al anterior crédito sindicado a pesar de la subida de tipos vivida en el último año. El pasivo se selló básicamente con banca internacional, con firmas como Société Générale, ING, Crédit Agrícole, BNP, Rabobank y HSBC. También hubo espacio para entidades españolas, como BBVA y Banco Santander.

El préstamo sindicado refinanciado fue de las primeras decisiones que tomó Carlyle al entrar en Codorníu. El decano del cava solicitó 187 millones de euros que sirvieron para prolongar los pasivos que ya arrastraba la empresa en el pasado, apalancar parte de la compra del fondo y disponer de músculo para posibles operaciones corporativas como pudo ser la adquisición de Parxet en 2018. Según se publicó en su momento, el crédito tenía un margen de 400 puntos básicos.

Y es que el consejero delegado de la compañía, Sergio Fuster, siempre se mostró abierto a comprar otras bodegas que complementen el portfolio que ya tiene la empresa catalana e impulsen este viraje a gamas más altas que el grupo ha emprendido en los últimos años.

La estrategia financiera de Codorníu difiere del otro gran grupo del sector, Freixenet, que también vivió un cambio accionarial en 2018 con la entrada de Henkell. Ese mismo año, la organización optó por cancelar 200 millones de deuda bancaria, que pasaron a ser financiados por los recursos del nuevo inversor. Sí mantuvo alrededor de 100 millones de pasivo con las entidades, teniendo un papel destacado Banco Santander.

El viraje del negocio de Codorníu

Por el momento, la estrategia da resultados. En el ejercicio 2022/2023 -finaliza el 30 de junio- la empresa incrementó un 4% las ventas hasta los 227 millones de euros, ya cerca del récord de facturación de 235 millones, cosechado hace tres décadas. Lo hizo además con un incremento de la rentabilidad, pues el Ebitda escaló el 16% hasta los 33 millones. "El resultado neto está claramente en territorio verde", dijo Fuster en una comparecencia ante los medios.

Con ello, el dirigente descartó "a corto y medio plazo" una salida de Carlyle del accionariado al quedar todavía camino por recorrer en este viraje hasta cavas de mayor valor. La empresa se enfoca en botellas de gama media y gama media-alta frente a, por ejemplo, la marca blanca que durante años representó hasta el 20% de sus ventas de espumoso.

El negocio del cava representa el 55% de los ingresos de Codorníu y los vinos tranquilos suman el 45% restante. La organización presume de una cuota de mercado a nivel mundial del 13%. El 38% de la facturación viene del mercado internacional y el 62% restante todavía se genera en España.

Pese a la buena marcha del negocio, la empresa afronta ahora el reto de la sequía que sufre Cataluña y que, como explicó este medio la semana pasada, recortará en un 30% de la capacidad de producción del sector. "Ante la delicada situación que vive el territorio estamos trabajando desde hace meses estrechamente con los directores de cada centro operativo de Cataluña. Nuestro objetivo no es solo cumplir con la legislación vigente, sino también operar de la manera más sostenible posible", explicaba Fuster.