Retail - Consumo

La dueña Telepizza se pone a dieta y reduce su tamaño a la mitad para ser rentable

Un local de Telepizza. Archivos.

Javier Romera

Telepizza se pone a dieta. Después de haber recortado 170 puntos de venta franquciados por Pollo Campero en Guatemala y El Salvador y tras ejecutar el pasado 1 de enero el traspaso de 560 locales de Pizza Hut que tenía en régimen de masterfranquicia en Latinoamérica, tal y como estaba pactado con Yum!, el grupo busca ahora comprador por el negocio que aún le queda en la región, otros 600 locales en Chile, Colombia, Ecuador y México. Telepizza, que llegó a alcanzar en 2022 una red a nivel mundial de 2.368 establecimientos -el año pasado se redujo ya a 2.180- acabará así con tan sólo 1.200 locales. Tras dejar Latinaomérica, se centrará ahora en España, Portugal e Irlanda para recuperar la rentabilidad.

El grupo prevé alcanzar unas ventas este año, incluidas las de restaurantes propios y franquiciados, de 721 millones, la mitad prácticamente respecto a los 1.377 millones con lo que había previsto cerrar el ejercicio 2023. Los ingresos propios de la compañía se situarán en 2024 alrededor de los 300 millones, lo que supone igualmente un tercio menos que ahora.

Hay que tener en cuenta que estas previsiones forman parte del plan estratégico presentado hace un año y que en el mismo se contemplaba que la red se situaría este año en 1.322 locales, una cifra que ahora ha variado a la baja tras la decisión de abandonar completamente Latinoamérica y vender también los restaurantes en Chile, Colombia, Ecuador y México. Los bonistas de Telepizza, liderados por Oak Hill, Blantyre, HIG, Fortress y Treo han logrado ya el respaldo del juzgado de lo Mercantil número 5 de Madrid al plan de reestructuración, por el que capitalizan créditos por un importe de unos 250 millones de euros y se harán con el 90% de la compañía.

A falta de que se acabe de firmar la operación durante los próximos días, según confirman fuentes financieras, el objetivo de los bonistas pasa por tratar de rentabilizar su inversión lo antes posible y poder abandonar el capital de forma rápida. Aunque todo dependerá de la evolución de la compañía y de su situación financiera, la idea de los nuevos dueños es materializar la venta en un plazo máximo de año y medio, antes en cualquier caso siempre de 2026. El plan del grupo prevé alcanzar ese año unos ingresos totales de la cadena de 818,1 millones de euros, con una facturación neta de 340,1 millones y un margen de ebitda del 14,9%.

Previsiones

Las ventas totales, incluyendo las franquicias, crecerían durante los próximos tres años un 13,6%, pero se situarían todavía un 40% por debajo de las cifras previstas para el ejercicio 2023. Tras la salida de Latinamérica, Telepizza centrará a partir de ahora sus operaciones en España, Portugal e Irlanda.
El grupo cerró el primer semestre del año con unas pérdidas de 44,6 millones de euros, lo que supone un 55% más respecto al resultado negativo de 28,8 millones de euros registrado en el mismo periodo del año anterior.

Gran parte de estas pérdidas obedecen al gasto en asesores para el proceso de reestructuración de la deuda. La compañía explica de hecho en su memoria semestral que los gastos durante estos seis primeros meses del año "incluyen honorarios y otros costes de asesoramiento relacionados con el proceso de reestructuración por importe de 16,9 miles de euros". Telepizza contrató durante el proceso aAllen & Overy, Houlihan Lokey y Kirkland & Ellis mientras que los bonistas estuvieron asesorados por Gómez-Acebo & Pombo, y el fondo KKR, el accionista mayoritario hasta ahora del grupo, por Cuatrecasas y Simpson Thacher.

Depreciación

El fondo de capital privado estadounidense, que entró en la compañía por primera vez en 2015, entrega las llaves de la cadena de comida rápida a los bonistas tras registrar una depreciación de 232,2 millones de euros y sumar pérdidas por valor de 278 millones de euros. Una vez que se firme el plan de reestructuración y los bonistas tomen el control, la compañía nombrará un nuevo consejo de administración y designará, además, a un consejero delegado.

Tras la salida el pasado mes de septiembre de Jacobo Caller como primer ejecutivo, las labores de CEO las ha ejercido hasta ahora de forma interina Julián Díaz, que fue nombrado presidente no ejecutivo hace ya más de tres meses. Díaz fue consejero delegado de Dufry entre los años 2004 y 2022, además de haber sido también consejero de la cadena de supermercados Dia antes de que su actual dueño, el fondo Letterone, se hiciera con su control.