Retail - Consumo

El día que Pepsi ofreció por error en un concurso un avión de guerra por 700.000 dólares

  • Un joven solicitó el canje del avión valorado en 25 millones
  • La campaña promocional del refresco se llamaba 'Pepsi Stuff'
  • El estudiante demandó a Pepsi por "publicidad engañosa"
Foto: anuncio de Pepsi

Cristian Gallegos

Entre 1975 y 1985, la competencia entre Pepsi y Coca-Cola se intensificó. El fenómeno entre ambas compañías llegó a llevar el nombre de la 'guerra de los refrescos' por las infinitas estrategias de marketing de cada una de estas marcas por posicionarse como la "mejor bebida gaseosa" en el mercado estadounidense y mundial.

Hace unas semanas contamos el caso de Coca-Cola y su estrategia en 1985 para adelantarse en esta competencia. Un plan que casi le costó la vida con su invento 'NewCoke' y una fórmula que no convenció a nadie y que, por ello, hoy guarda un espacio dentro del Museo del Fracaso.

En la acera de enfrente, su máximo rival, Pepsi, dos décadas después del fracaso de Coca-Cola, intentaba ganar más público a partir de concursos con la campaña promocional de 1996 'Pepsi Stuff', cuyo slogan era "Bebe Pepsi, consigue cosas". Campaña que se iría de las manos por un pequeño error de la compañía.

'Pepsi Stuff' refería a que, si los consumidores guardaban las etiquetas de Pepsi, acumulaban puntos para canjearlos por mercancías como camisetas, gorras, chaquetas de mezclilla y cuero, bolsos, incluso bicicletas de montaña. Fue tal el éxito de esta campaña, que la compañía adelantaba, por ese entonces, a su acérrimo rival, pero un error casi termina este episodio de gloria en una catástrofe.

Para promocionar esta campaña, Pepsi usó la imagen de un avión de guerra con el fin de captar al público joven. Los creativos de la marca idearon un comercial en el que se veía a un chico alistándose para ir al colegio en un avión de combate.

Anuncio de avión sin letra pequeña

"Camiseta, 75 puntos Pepsi; Chaqueta, 1.450 puntos Pepsi; 'Harrier fighter', 7 millones puntos Pepsi" señalaba la narración del comercial. "Ahora, cuanto más Pepsi bebas, más cosas geniales obtendrás", explicaba. Sin embargo, el anuncio publicitario no tenía la llamada 'letra pequeña' sobre las condiciones del concurso. Cosa que le iba a generar un dolor de cabeza a Pepsi.

Con estos antecedentes, John Leonard, un estudiante universitario de 21 años por ese entonces, se dispuso a ganar los "7 millones puntos Pepsi" a como dé lugar para conseguir el avión del anuncio.

El plan maestro

El adolescente lo tenía complicado. Técnicamente, obtener los 7 millones de puntos era prácticamente imposible, porque para ello Leonard necesitaba 16 millones de latas Pepsi. Pese a ello, tuvo un momento 'eureka' y al enterarse bien de las bases, le informaron desde la compañía que también podría comprarlos por 10 céntimos cada uno.

Con esa cantidad, solo necesitaba 700.000 dólares para hacer su sueño realidad y canjear el avión de combate, que tenía un valor real de 25 millones de dólares. Una idea que terminó por convencer al inversionista Todd Hoffman y quién le pasaría un cheque con la cifra deseada. De esta forma, el joven envió el mínimo de 15 puntos Pepsi que se requería y un cheque por 700.00 dólares para canjear los puntos.

Devolución del cheque, cupones para Pepsi y tribunales

En cuanto la marca recibió la solicitud de canje, Pepsi devolvió el cheque de los 700.000 dólares con un documento que explicaba que el segmento del anuncio era una "broma". Al envío, también adjuntaron un cupón para canjear tres cajas de gaseosas.

Pese a la negativa, Leonard quiso llegar más lejos. De esta forma, el joven, junto con su abogado, demandó a PepsiCo para que la compañía cumpla con su oferta publicitaria en la que prometían entregar un AV-8 Harrier II.

Pepsi, salió a su defensa con un gran equipo de abogados, quienes reafirmaron la postura de la compañía de que el anuncio se trataba de una "broma". De esta forma, la marca no se veía en la obligación de entregar el avión al joven. Incluso, solicitaron el reembolso de lo que costó su defensa legal.

Al final, la corte, presidida por el juez Kimba Wood, rechazó la demanda de Leonard y determinó que el anuncio era "evidentemente una broma" y que ninguna persona "razonable" creería realmente que obtendrían un avión de combate. La decisión fue apelada, pero luego se confirmó el dictamen del juez. Si bien no hubo pagos, ni indemnizaciones, de por medio, esta historia salió a la luz pública e hizo que la marca "pierda valor" entre sus seguidores.