Política

¿Dónde está Pedro Sánchez? El presidente se escuda en sus ministros y solo comparece en Twitter

  • Personaliza en su equipo de Gobierno las explicaciones oficiales
  • Ni siquiera ha reaccionado a las peticiones de dimisión que llegan del PP
  • Solo se pronuncia en Twitter, donde reacciona a los temas relevantes
Pedro Sánchez. Foto: Efe

María Medinilla

La situación política del país ha pegado un vuelco casi total. El nuevo Gobierno que ha conformado Pedro Sánchez acapara en los últimos días la mayor parte de la atención mediática que se generó cuando hace dos semanas ganó la moción de censura. Sin contar el Mundial, rey de los medios durante un mes, la renovación que afronta el PP, las sentencias de Gürtel y la cárcel de Urdangarin son las pocas situaciones capaces de quitar el foco durante unos minutos al nuevo Ejecutivo. Sin embargo, al presidente del Gobierno no se le escucha, ni siquiera tras haber atajado la primera gran crisis en su equipo. Solo se pronuncia a través de Twitter.

La abrupta salida de Màxim Huerta, cuya entrada no estuvo exenta de polémica, ha sido la primera crisis a aplacar por Pedro Sánchez. Pero todo se ha resuelto sin comparecencia alguna por su parte, desde el despacho y con la voz y cara de sus ministros para dar las explicaciones oportunas.

También sin reacción se quedan las peticiones de dimisión que llegan desde el PP hacia el propio presidente. Los problemas con Hacienda del exministro de Cultura y Deporte y la situación de investigado del ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación por el caso del robo de aguas en Doñana han llevado al partido con más escaños en el Congreso a revisar la hemeroteca -táctica estándar para ejercer presión- para recordar a Sánchez que en su día dijo que no toleraba ni la creación de sociedades esquivar impuestos ni que hubiera imputados en sus listas. 

El Gobierno de Sánchez ha comenzado con varios frentes abiertos y ninguno menor. El rápido recambio en la cartera de Cultura y Deporte donde ya trabaja José Guirao deja ahora otros quebraderos de cabeza al jefe del Ejecutivo. El acercamiento de los presos del procés a Cataluña o la gestión de un Congreso de los Diputados ingobernable pondrán a prueba al gobierno del PSOE.

Precisamente en la Cámara Baja se aglutinan todas las dudas que genera su proyecto. El portavoz de Ciudadanos José Manuel Villegas pidió ayer a Sánchez que saliera del "escondite" y explicara cómo pretende gobernar el país, remarcando la ausencia de programa. De los planes que pueda tener para convencer a un Congreso en el que tendrá que batallar cada apoyo que pretenda conseguir, no hay más que el esbozo que ofreció en su discurso durante la moción de censura.

Ni siquiera Sánchez compareció ante los medios tras decidir abrir el puerto de Valencia al Aquarius. Ha sido la vicepresidenta Carmen Calvo quien ha dado cuenta de una situación que implica eleva el plano político al exterior.

Mucho menos lo ha hecho en el caso de los dos encuentros bilaterales que ya ha mantenido en Moncloa y de los que solo se concedió espacio a los reporteros gráficos para retratar el momento. Estrenó su agenda de presidente recibiendo a su homólogo ucraniano Petró Poroshenko y ayer mismo hizo lo propio con el primer ministro irlandés Leo Varadkar. Pero ni rastro de rueda de prensa.

De momento, Sánchez personaliza en sus ministras y ministros cada lucha aislada que se gestiona desde Moncloa. Al presidente se le lee pero no se le oye.