Política

El Gobierno del PP se va sin publicar en el BOE el patrimonio de sus ministros y altos cargos

  • La ley de Zapatero regula los conflictos de intereses en los cargos
  • En 2015 se derogó el decreto que fijaba septiembre para la publicación
  • El Gobierno de Rajoy que tomó posesión el 4 de noviembre de 2016
Rajoy, Santamaría y Hernando. Foto: Efe

elEconomista.es, Europa Press

El Gobierno del PP se va sin cumplir la obligación de publicar en el Boletín Oficial del Estrado (BOE) el patrimonio del presidente y de los ministros y altos cargos en el momento de su nombramiento que se deriva de una ley del Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero. 

La última actualización es de 2014. Desde entonces, el Gobierno de Rajoy no ha aprobado el reglamento necesario para adaptarse a la ley de 2015 reguladora del ejercicio del alto cargo.

La ley de Zapatero regula los conflictos de intereses de los miembros del Gobierno y los Altos Cargos de la Administración General del Estado y desde 2006 implanta  la obligación de publicar en el BOE esas declaraciones de bienes de los miembros del Ejecutivo.

Por qué se ha frenado la aplicación

Se establece un plazo de tres meses desde la toma de posesión para que los altos cargos presenten una declaración de bienes y patrimonio. Antes de finales de septiembre, debían publicarse en el BOE las de los ministros y secretarios de Estado nombrados o cesados entre el 1 de julio del año anterior y el 30 de junio del presente.

Con la Ley de Transparencia, el Ejecutivo del PP amplió el listado de cargos que deben publicar las declaraciones de bienes, incluyendo a embajadores, subsecretarios y otros. Así se hizo en septiembre de 2014, la última vez que se cumplió con este trámite.

Y es que la Ley de 2015 reguladora del ejercicio del Alto Cargo derogó el decreto que fijaba en septiembre el momento de la publicación en el BOE y dejó todo pendiente de un reglamento que nunca llegó a ver la luz.

Por tanto, el Gobierno de Rajoy que tomó posesión el 4 de noviembre de 2016 nunca llegó a hacer público su patrimonio en el momento de ser nombrados y todo apunta a que tampoco se verán las de su cese. Sí son públicas las declaraciones de bienes y actividades de los ministros que a la vez son diputados, que no son todos.

"¿No ha encontrado tiempo?"

El pasado enero, En Comú Podem pidió explicaciones al Gobierno por no haber aprobado ese reglamento: "¿No ha encontrado un momento en 15 meses para hacerlo? -preguntaba el portavoz adjunto de la confluencia catalana de Unidos Podemos, Josep Vendrell-. ¿Considera que la transparencia, especialmente en la regulación de los conflictos de intereses, es un tema menor que puede ser pospuesto durante 15 meses?".

En su respuesta, el Gobierno aseguró no tener "la más mínima intención de incumplir o retrasar" ninguno de los preceptos de la ley de 2015 que precisamente tenía por objeto "mejorar la credibilidad en los altos cargos y luchar contra toda actuación corrupta o contraria a los valores de ética pública".

Pero Moncloa insistió en la necesidad de esperar a ese desarrollo reglamentario pendiente para definir exactamente qué es lo que se publica en el BOE, ya que no se pueden publicar las declaraciones de patrimonio completas. A su juicio, se trata de buscar "una declaración comprensiva de la situación patrimonial de los altos cargos, omitiéndose aquellos datos referentes a su localización y salvaguardando la privacidad y seguridad de sus titulares".

Dudas sobre la Oficina de Conflicto de Intereses

Mientras tanto, la custodia de las declaraciones de bienes y actividades sigue en manos del Ministerio de Hacienda, cuya Oficina de Conflictos de Intereses tiene encargada la vigilancia de las incompatibilidades.

Precisamente, el Tribunal de Cuentas desveló en un informe referido al periodo 2012-2014 que esa Oficina no verifica las declaraciones de los altos cargos, ni tampoco busca posibles omisiones, y que en ese periodo sólo solicitó aclaraciones sobre actividades previamente declaradas o sobre noticias que aparecían en la prensa.

En concreto, el Tribunal criticaba que la mencionada Oficina "se limitó" a gestionar los registros de bienes y actividades de los altos cargos, pero "no desarrolló las facultades que le atribuye la ley para verificar e investigar" la información declarada.