Política

Los condenados del procés muestran a Llarena su desacuerdo con los autos

  • Recursos de apelación contra los autos de procesamiento
  • Junqueras, Forcadell, Turull, Rull y Sànchez han respondido
Junqueras y Forcadell. Foto: Efe

elEconomista.es, Europa Press

Día de escritos contra los autos de prosesamiento del juez del Tribunal Supremo, Pablo Llarena. El exvicepresidente de la Generalitat y líder de ERC, Oriol Junqueras, y el exconseller de Exteriores y diputado de ERC en el Parlament, Raül Romeva, han presentado este martes un recurso de apelación ante la sala segunda del Tribunal Supremo contra el auto, mismo paso que han seguido la expresidenta del Parlament, Carme Forcadell, los exconsellers Jordi Turull, Josep Rull y el exlíder de la ANC Jordi Sànchez.

En el escrito, Junqueras y Romeva critican las resoluciones dictadas por el juez al considerar que en sus autos afirma que la independencia no puede defenderse pacíficamente y, a juicio de sus defensas, "demuestra una valoración política". Defienden que el proyecto político independentista es legal y legítimo, y que siempre se ha defendido de forma pacífica, y se lamenta que el auto de procesamiento hace un relato del 20 de septiembre y del referéndum del 1 de octubre con una "interpretación totalmente sesgada".

El recurso contiene un epígrafe con el título La rebelión que se evapora, donde se alega que imputar este delito es indefendible y que "es un sin sentido y causa sonrojo" que se contemple en esta causa.

Por su parte, la defensa de Forcadell ha presentado alegaciones a su procesamiento por la causa independentista en la que se la investiga por un delito de rebelión. "Es una persona absolutamente pacifista y si para perseguir su ideología es precisa la violencia, antes abandonará sus ideas que permitir ningún acto violento", asegura el escrito de apelación.

El texto asegura que en el remoto caso de haberse cometido algún delito por sus acciones al frente de la Cámara catalana, permitiendo debates que estaban apercibidos por el Tribunal Constitucional, "debería exclusivamente de ser llevada a juicio por presunto delito de desobediencia", de igual forma como se ha establecido con el resto de integrantes de la Mesa del Parlament.

Turull, Rull y Sànchez

Los exconsellers Turull y Rull y Jordi Sànchez, todos diputados de JxCat en el Parlament, también han presentado un recurso de apelación contra la confirmación del auto de procesamiento del magistrado instructor de la causa del Tribunal Supremo por el proceso soberanista, Pablo Llarena, rechazando la rebelión porque no hubo violencia en ningún momento y resaltando la "debilidad" de las acusaciones.

En el escrito la defensa de los tres diputados, Jordi Pina, considera que Llarena, "consciente de la debilidad de la anterior calificación" -tal y como considera también el tribunal de Schleswig-Holstein que debe decidir sobre la extradición de Carles Puigdemont-, ahora apunta inesperadamente a sedición o conspiración a la rebelión en su último auto.

Descartan que los tres incurrieran en un delito de rebelión porque la violencia en el proceso soberanista "brilla por su ausencia", ya que lo único que pretendían los ciudadanos movilizados era poder emitir su voto el 1-O. "El delito de rebelión exige que la proclamación de independencia sea el propósito de quienes se alzan violentamente, lo que impide aplicar este tipo a quienes simplemente piden votar", alega Pina, puntualizando que ese día fueron a votar personas a favor y en contra de la independencia. "Curiosa rebelión la que se ejerce sin esgrimir una sola arma y marchando los rebeldes pacíficamente a dormir a su casa al final de la jornada", continúa.

Sobre las concentraciones en la sede de la Conselleria de Vicepresidencia y Economía el 20 de septiembre, consideran que cualquier analogía con el golpe de Estado del 23F "resulta sencillamente inaceptable". "Si el propósito de las decenas de miles de personas concentradas hubiera sido realmente el de alzarse o sublevarse violentamente, la sede oficial habría quedado sencillamente arrasada", sentencian.