Política
Los independentistas exhiben cifras utópicas para defender la secesión
- Lanzan un libro con datos descontextualizados y proclamas vengativas
Estela López
La asociación de pequeños empresarios independentistas Cercle Català de Negocis (CCN) ha decidido sumarse a la campaña a favor del referéndum ilegal con un libro para convencer a los catalanes de votar a favor de la ruptura el 1 de octubre.
Han editado una tirada inicial de 2.000 ejemplares, de 143 páginas y con un diseño equivalente a una presentación de diapositivas, que no deja lugar a la argumentación y a los datos contrastados, sino a cifras descontextualizadas cuya veracidad debe vincularse a un acto de fe, imágenes efectistas y proclamas amenazantes con el sector económico que no caiga rendido a los pies de los secesionistas.
Los impulsores del libro, titulado -en catalán- Razones para el Sí. Para los indepes que todavía no saben que lo son, esgrimen que tiene un carácter didáctico y ha sido pensado para ser de fácil lectura y comprensión. Pero cuando explican su objetivo, más bien parece pensado para el adoctrinamiento.
Quieren llegar a los grupos de población "más impermeables a los argumentos del soberanismo" y a los "más vulnerables al discurso del miedo" de los contrarios a la independencia. Frente a este discurso del miedo que critican, pasan al extremo opuesto y dibujan una Cataluña idílica, con "pleno empleo", un sistema de pensiones "completamente viable" y electricidad hasta un 60 por ciento más barata, entre otras bondades con pocas o nulas justificaciones que las respalden. En las casi 150 páginas del documento no aparece ni un solo efecto negativo de la independencia, y dedica un apartado a criticar la elevada corrupción en España comparada con Cataluña, aunque utiliza datos anteriores al caso Pujol, de julio de 2014.
Por otro lado, lanza mensajes que se pueden calificar como mínimo de poco conciliadores, como "una Cataluña independiente exportará energía a España y les haremos pagar el precio que queramos". También advierte: "Las empresas que operen en Cataluña sin tener sede social, o abren una, o deberán dejar paso para que empresas locales ocupen su lugar".
El CCN, nacido el 2008, agrupa a un millar de asociados, la mayoría pequeños empresarios y profesionales liberales, pero no se caracteriza por la modestia. Quieren convertirse en "la entidad empresarial de referencia en Cataluña", según su web, y esos aires de grandeza los han trasladado al libro, cuyo autor es el presidente de la entidad desde 2013, el consultor Albert Pont. Tanto él como el CCN han sido galardonados por la Fundación Josep Irla, vinculada a ERC. El CCN también se relaciona con los economistas de la entidad independentista Assemblea Nacional Catalana (ANC).
Atracción empresarial
Según la publicación, el efecto centralidad del Estado español actual supone que muchas empresas "se ven obligadas a trasladar la sede a Madrid para obtener contratos públicos, subvenciones, homologaciones y un mejor trato de la Administración del Estado". En cambio, con la independencia se obraría la magia del flautista de Hamelín: "Recuperaremos las sedes de las grandes empresas que operen en Cataluña, que se han ido a Madrid para estar más cerca del poder, simplemente porque con la independencia el poder estará en Cataluña".
Esta atracción empresarial se convierte en argumento para garantizar las pensiones de los catalanes. El libro sostiene que "muchas empresas" que hacen negocio en Cataluña tienen la sede social en Madrid, pero si pagasen sus contribuciones en Cataluña, el nuevo país tendría un superávit de 950 millones anuales en su sistema de la Seguridad Social, actualmente deficitario por la crisis, aunque recuerdan que registró superávit durante 30 años ininterrumpidos.
Aseguran que el sistema de pensiones de la Cataluña independiente es viable por la relación entre la población activa y la dependiente, la tasa de paro, y la tasa de economía sumergida, en los tres casos con mejores registros que la media española. Respecto al empleo, auguran un país nuevo sin paro recurriendo a datos de los economistas de la ANC: "Solo en el ámbito de la función pública generaríamos unos 105.000 empleos directos".
Otro canto de sirena hueco de argumentos es que "el coste de la electricidad podría ser un 60 por ciento inferior y además las eléctricas estarán obligadas a tener sede aquí y cumplir el decreto contra la pobreza energética".
Déficit hinchado
Para hablar de déficit, hacen referencia a datos de 2016, yendo más allá que los estudios oficiales, ya que las últimas balanzas fiscales publicadas por la Generalitat de JxSí utilizan datos de 2012, y el Gobierno central acaba de publicar las suyas con datos de 2014. Tampoco coinciden en las cifras. El CCN sitúa el déficit fiscal en 26.636 millones en 2016, sumando todos los països catalans (Cataluña, Comunidad Valenciana y Baleares). El Ministerio de Hacienda habla de 9.892 millones de déficit fiscal en Cataluña, 1.735 en Valencia y 1.516 en Baleares, por lo que el agregado oficial no llega ni a la mitad de las estimaciones del CCN. Los cálculos de la Generalitat apuntan a un déficit fiscal catalán de 14.623 millones.
Referéndum
El libro ha sido impreso antes de que el Tribunal Constitucional haya dictado nuevas resoluciones para evitar el 1-O, pero el CCN está absolutamente entregado a la causa: "La Generalitat lo tiene todo a punto para afrontar la desconexión del Estado español y el mandato popular del referéndum del próximo 1 de octubre con plenas garantías de éxito".
Su idealismo incluso traspasa fronteras: "La comunidad internacional responderá como es debido", divaga. También augura un mejor trato de las agencias de calificación internacionales para una Cataluña independiente. No deben leer sus informes.