Opinión
Economía circular con propósito: un camino hacia la justicia social
- El resultado implica que la sostenibilidad real exige integrar indicadores sociales, ambientales y económicos
Carlota Calonje
Madrid,
Durante décadas, la rentabilidad fue el principal indicador de éxito empresarial. Pero el siglo XXI, marcado por crisis globales, desigualdad persistente y emergencia climática, exige un cambio profundo en el rol de las empresas. Hoy, aquellas que trascienden el beneficio económico y se comprometen con el bien común emergen como líderes del nuevo paradigma. Esta columna explora esa transición —de la filantropía tradicional a modelos híbridos de impacto— ejemplarizado a través de una iniciativa concreta: Plastic2Prosperity.
En este nuevo enfoque, el éxito se mide también por el valor social y ambiental generado. Las empresas que actúan con conciencia y responsabilidad ganan legitimidad, preferencia del mercado, marcos normativos favorables y alianzas estratégicas. Cuanto más humana y comprometida es una organización, mayor su capacidad de prosperar de forma sostenible.
Filantropía de impacto: corresponsabilidad para el desarrollo
El progreso social, la protección ambiental y el crecimiento económico ya no pueden abordarse por separado. Solo si avanzan de forma integrada será posible un futuro justo e inclusivo. Esto implica ir más allá de la responsabilidad social tradicional: colaborar, innovar y aprender colectivamente, con una lógica de convergencia entre sectores y estrategias. Supone transitar de relaciones verticales a alianzas horizontales, y de una filantropía asistencialista —aún necesaria en contextos de emergencia— hacia una de impacto con el fin de lograr cambios estructurales sostenibles.
Hoy, las fronteras entre ONGs y empresas se diluyen. Es cada vez más común que las primeras adopten prácticas empresariales y que las segundas integren objetivos sociales. Esta hibridación ha acelerado nuevas dinámicas de colaboración más equilibradas, donde capacidades diversas se articulan para promover un desarrollo económico, humano, ambiental y circular, con los ODS como columna vertebral.
Filantropía y sostenibilidad están más conectadas que nunca. Mientras la sostenibilidad define el rumbo, la filantropía moviliza recursos, articula actores y activa soluciones. Aunque provienen de tradiciones distintas, cooperación internacional, filantropía y sostenibilidad empresarial convergen en enfoques colaborativos, centrados en la corresponsabilidad, la medición rigurosa y la escalabilidad del impacto.
El resultado implica que la sostenibilidad real exige integrar indicadores sociales, ambientales y económicos. Ya no importa la forma jurídica de los actores, sino su capacidad de contribuir, desde sus saberes y recursos, a resultados compartidos. Esta forma de actuar requiere alianzas genuinas, basadas en el reconocimiento mutuo y la corresponsabilidad transformadora, dejando atrás colaboraciones tradicionalmente verticales y asistencialistas para dar paso a alianzas horizontales basadas en el valor compartido y en el reconocimiento del otro como imprescindible para alcanzar la meta.
Porque en la filantropía de impacto, las alianzas requieren no solo financiación e innovación, sino también el diseño de proyectos con profundo conocimiento de los contextos y ecosistemas, el involucramiento protagónico de los destinatarios, capacidades técnicas para la circularidad y la sostenibilidad ambiental, excelencia en evaluación y medición, gestión empresarial efectiva y una sólida capacidad de apalancamiento.
En este modelo, la filantropía de impacto combina vocación social con herramientas de inversión, modelos de negocio sostenibles y evaluación del valor generado. Su fuerza reside en la interdependencia de actores —ONGs, empresas, gobiernos y emprendimientos sociales—, todos imprescindibles. Frente a desafíos como la pobreza o el cambio climático, se necesitan ecosistemas articulados que operen como verdaderas maquinarias colectivas de cambio. Hoy, más que nunca, entendemos que capital y propósito deben caminar juntos.
Plastic2Prosperity: circularidad con propósito
Plastic2Prosperity es más que un proyecto: es una estrategia integral de desarrollo sostenible que une innovación, economía circular e impacto social, y que busca ser un modelo de filantropía de impacto basada en la circularidad. Su brújula geográfica no está dictada por el mercado, sino por la necesidad. El único criterio es claro: actuar donde la vulnerabilidad social y ecológica se cruzan, y donde las soluciones transformadoras no pueden esperar. Porque es ahí donde el cambio es más necesario, donde se concentran los mayores desafíos y oportunidades, y donde los esfuerzos pueden generar el mayor impacto.
La iniciativa convierte la circularidad en motor de inclusión, generando oportunidades económicas en comunidades excluidas. Une empresas privadas, una ONG internacional, una empresa social, gobiernos locales y comunidades, en un ecosistema que combina reciclaje, formación, empleo verde, reforestación y educación ambiental. Gracias a la suma de capital, conocimientos técnicos, experiencia en cooperación y comprensión del contexto, se logra una implementación viable y una apropiación efectiva de los aprendizajes.
Impulsada por la red adaPETation® del Grupo portugués IMG (matriz de Evertis y Selenis), junto a Ayuda en Acción, Indorama Ventures y la empresa social maliense Ecobuild, la iniciativa dio vida al proyecto Bamagreen, diseñado desde abajo hacia arriba para enfrentar la crisis social, económica y ambiental de Bamako, en Mali. Entre sus resultados esperados están el fortalecimiento de la empresa social con nuevo equipamiento y capacidades, la multiplicación por cinco de su capacidad de reciclado, la formación y generación de empleo verde para al menos 200 personas principalmente mujeres y jóvenes del campo de desplazados de Faladié, así como campañas de reforestación y educación ambiental para más de 100.000 personas.
Plastic2Prosperity demuestra cómo la economía circular puede generar empleo digno, mejorar condiciones de vida y proteger el planeta. Su diseño apunta a convertirse en una buena práctica escalable y adaptable a otras comunidades. Hoy más que nunca, necesitamos empresas conscientes de su papel en el desarrollo sostenible, que innoven con propósito y colaboren desde la corresponsabilidad. Porque la filantropía de impacto, las alianzas horizontales, la economía circular y la convergencia entre sectores ya no son el futuro: son el presente. Plastic2Prosperity lo deja claro: cuando la colaboración sustituye al asistencialismo y la circularidad pasa de ser un reto a una oportunidad, florecen caminos hacia un desarrollo verdaderamente regenerativo.