Opinión

Diez años de Laudato si'

  • Francisco hace en Laudato si' una llamada a un diálogo sincero más allá de las ideologías
El pasado 24 de mayo se cumplió una decada del lanzamiento del libro Laudato si´, creado por el Papa Francisco

Alberto Horcajo
Madrid,

Este 24 de mayo se cumplen diez años de la firma de la segunda carta encíclica del recientemente fallecido Papa Francisco, titulada "Laudato si'", destinada a todos los hombres y dedicada al cuidado de nuestro planeta, nuestra casa común. Con la perspectiva del decenio transcurrido se puede afirmar que "Laudato si'" ha contribuido decisivamente al surgimiento de una toma de conciencia colectiva sobre la responsabilidad individual e institucional frente a la aceleración del envilecimiento social que tiene entre otras causas la indiferencia frente al deterioro ambiental, resultado de una civilización contemporánea transida por la inmediatez y el afán de consumir.

"Laudato si'" se publicó unos meses antes de la celebración en París de la conferencia de las Naciones Unidas para el Cambio Climático (COP 21) que alumbró el compromiso de 195 Estados para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero -particularmente dióxido de carbono y metano-, la mejora en las capacidades de adaptación al cambio climático, el refuerzo de la resiliencia global frente al mismo y la aportación a los países pobres de los recursos para atenuar las consecuencias del desastre ecológico. La referencia constante y general aún hoy a los acuerdos de París, que establecieron objetivos de reversión del imparable aumento de la temperatura de la atmósfera da idea de la influencia que "Laudato si'" tuvo en la génesis de ese marco desafiante para la construcción de la ecología integral a la que Francisco alude en el núcleo de la extensa encíclica. El 266º Papa habla de un nuevo paradigma de justicia que se apoya en la percepción compartida del lugar de cada ser humano en el mundo y sus relaciones con el mundo que le rodea, que le lleva a descubrir naturalmente la interacción de los sistemas naturales entre sí y con los sistemas sociales.

En "Laudato si'", el Papa Francisco describe como "grito de la creación… lo que le está pasando a nuestra tierra". En efecto, el sumo pontífice apela a un sentido colectivo de responsabilidad, a la convicción universal de que nuestro entorno es un don de la creación, recibido para ser conservado y mejorado, en la idea estimulante de que Dios, creador del mundo, cuenta con cada persona para llevar a plenitud su obra, para la alegría de todos o, mejor dicho, como escribe Francisco al referirse en el último capítulo de "Laudato si'" a la espiritualidad ecológica, al gozo y paz de una humanidad reconciliada consigo misma, en alianza perpetua con la naturaleza en que se hace parte de la Historia.

La denuncia de una crisis profunda y persistente en la relación entre el hombre y la creación, que tiene sus raíces en cierta malversación tecnológica, el quebranto de la globalización y un antropocentrismo moderno que desconoce el destino común de los bienes y los límites de la debilidad humana, lleva en consecuencia al Papa Francisco a demandar una ecología con pilares culturales robustos, una proyección a la vez ambiental, económica y social y que resulte -en un plano tan asequible como era habitual en las manifestaciones de Francisco- en la formulación de una ecología de la vida cotidiana. Se trata, pues, de dar respuesta al deterioro de la calidad de la vida humana, la decadencia social y la inequidad planetaria mediante la superación de una "cultura del descarte" ampliamente extendida que lleva al desprecio de lo recibido y a la incapacidad para asimilar el conmovedor mensaje de cada criatura en la armonía de todo lo creado, auténtico misterio del universo que, como señala Francisco en el segundo capítulo de "Laudato si'", dedicado al "Evangelio de la creación", solo es realmente comprensible con "la mirada de Jesús", en la perfecta unidad de la Trinidad.

Francisco hace en "Laudato si'" una llamada a un diálogo sincero y honesto, más allá de las ideologías, a través del cual ciencia y religión, razón y fe, que fructifique en soluciones concretas y estables en todos los planos de la vida de las personas en plenitud, reflejo de una nueva deferencia hacia la tierra que recibimos gratuitamente, habitamos, nos debemos afanar en mejorar y dejaremos a quienes nos sucederán, reflejando con actos concretos la templanza que reclama la justicia intergeneracional.

Francisco contempla ahora desde la eternidad el mundo al que amó como hechura del Creador y medio en el que cada persona proyecta su dignidad inalienable y al que nos animó a preservar y embellecer para nuestra felicidad temporal. Desde la publicación de "Laudato si'" se han elevado numerosas voces en defensa del medio ambiente, de la biodiversidad y en definitiva de esa ecología integral a la que Francisco nos convocó.

Amplias capas y sectores de la sociedad civil suman sus iniciativas a las de los poderes públicos para encontrar ese difícil equilibrio entre progreso socioeconómico y conservación de las especies. Así, entre otras muchas, en lo que concierne al gobierno de las organizaciones, la iniciativa de gobernanza climática Chapter Zero, promovida en el año de la publicación de "Laudato si'" por el Foro Económico Mundial y activa en España desde hace poco más de un año, impulsando la adopción de estrategias de eficiencia energética, electrificación y generación renovable, particularmente necesarias en el proceso de transición ecológica en el que coinciden el invierno demográfico y la primavera de la supe inteligencia, atisbados por Francisco en "Laudato si'" con la prudencia y la confianza de los sabios y sencillos.

Alberto Horcajo es promotor y miembro del Consejo de Chapter Zero Spain