Nuevos modelos de pago y crédito responsable
- El BNPL permite financiar compras de forma rápida y flexible, facilitando así el comercio
Bernardo Candel
De unos años a esta parte, la innovación tecnológica en el sector financiero ha posibilitado el desarrollo de nuevos modelos de negocio que conectan con las demandas de unos usuarios cada vez más familiarizados con el mundo digital. Ente ellos, el popularmente conocido como Buy Now Pay Later (BNPL o Compra Ahora y Paga Después, en su traducción al español) se ha convertido, entre los métodos de pago, en una alternativa que cuenta cada día con más adeptos entre los consumidores y los comercios.
El BNPL ofrece la posibilidad de financiar una compra en el punto de venta de forma inmediata, sin intereses y a muy corto plazo, por lo general en tres o cuatro meses. Sin embargo, este modelo de pago está integrando otras opciones, como el pago a plazos, que en este caso sí incluye el pago de intereses y permite al consumidor elegir el número de cuotas en que desea pagar su compra y el importe de las mismas.
Actualmente, en el mercado existen varios tipos de operadores que ofrecen este modelo de financiación, pero que presentan grandes diferencias desde un punto de vista regulatorio. Todos dan la opción de comprar el producto de inmediato sin necesidad de pagar el total en el momento de la compra, pero no todos están regulados. Y es este aspecto, el de la regulación, el que marca una importante distinción en el sector. Precisamente, son las empresas que han evolucionado desde su origen como startups y se han integrado con entidades financieras las que, de alguna manera, marcan el camino al resto.
De hecho, que una entidad esté sujeta a la regulación vigente supone para ella una importante ventaja competitiva. En primer lugar, porque realizan un análisis más riguroso de la situación crediticia del usuario para poder concederle crédito de manera responsable en función de su solvencia económica. Y en segundo lugar, este tipo de operadores regulados suelen ofrecer un valor adicional al mercado, en tanto que, gracias al soporte tecnológico con que operan, están en mejor disposición de entender las necesidades del cliente y ofrecerle la solución de financiación que necesitan de manera ajustada, sencilla, transparente y segura.
Resulta importante remarcar que este tipo de soluciones de pago también repercute de forma positiva en los comercios que las adoptan. Como han puesto de relieve diversos estudios, les ayudan a aumentar sus ventas, elevar el ticket medio y ampliar su base de clientes. Asimismo, los comercios que ofrecen a sus clientes este tipo de financiación a través de un operador regulado cuentan con la garantía de que están ofreciendo un producto que cumple con la normativa vigente sobre la concesión y gestión de crédito, lo que reduce el riesgo de impago para sus negocios y aumenta la confianza del cliente en su tienda.
A este respecto, la nueva Directiva Europea de Consumo, que revisa el texto vigente desde 2008 y tendrá que estar aplicada como tarde a finales de 2026, pretende proteger más a los consumidores, y para ello pondrá un mayor foco en aspectos tales como la regulación de los préstamos inferiores a 200 euros y el BNPL, la claridad de la documentación crediticia, la evaluación de solvencia del consumidor o la lucha contra el sobreendeudamiento, entre otros. Se trata de una normativa que viene a reforzar la forma de operar de todas aquellas compañías reguladas que ya ofrecen el BNPL bajo unas garantías de transparencia y responsabilidad.
En vista de los datos que ofrece el sector financiero, el BNPL tiene el potencial para convertirse, especialmente en Europa, en un componente esencial del ecosistema de pagos, proporcionando una alternativa a otras formas de crédito más tradicionales. Por ejemplo, el estudio "The Global Payment Report 2024", de Worldpay, pone de manifiesto que el BNPL alcanzó el año pasado en Europa un 9% de las transacciones de comercio electrónico, casi el doble de lo que supuso a nivel mundial, con un registro del 5%.
En conclusión, el BNPL es un método de pago que ha venido para quedarse y está en plena evolución, como lo demuestra que cada día son más los e-commerce y las tiendas físicas que lo adoptan. Y todo parece indicar, al hilo las transformaciones que experimenta el mercado y el desarrollo normativo, que avanzará hacia la adopción de estándares regulatorios.