Opinión
El elevado dopaje de la economía
- El gasto público aumenta el triple que el avance del PIB y crea dudas sobre la capacidad del país de crecer tras los fondos UE
elEconomista.es
La economía española cumplió las previsiones y registró un avance del 0,8% en el tercer trimestre del año respecto al anterior, que trasladado a escala interanual supone un avance del 3,3% frente al 3,2% de los meses de abril a junio.
Estos datos demuestran que el PIB mantuvo durante el verano la tendencia al alza que permite a la economía nacional sacar pecho frente a Europa y la mayoría de países de la OCDE. No en vano, estas cifras consolidan la racha positiva de nuestro país con 17 trimestres consecutivos de avances respecto al anterior y 15 de crecimiento interanual.
Un excelente desempeño que entre julio y septiembre se sostiene principalmente por la demanda interna, que ha aportado 2,8 puntos a la mejora del PIB. El problema es que el tirón que ha mostrado el consumo nacional se debe en gran parte al exceso de ahorro tras la pandemia y al gasto público. Lo demuestra el hecho de que esta última variable ha crecido un 2,5%, más del triple del impulso propio que la economía ha mostrado en los meses de verano.
La mejora en la gestión de los fondos Next Generation EU ha sido fundamental para elevar los desembolsos públicos. Pero esto también deja dudas al respecto de la capacidad que la economía española tendrá para seguir creciendo cuando finalice la hucha extra de los hogares por el Covid, y el aporte positivo de la ayuda europea, lo que está previsto que ocurra en 2026. A partir de entonces, el PIB tendrá que crecer por sí mismo. Un escenario más exigente para el que la economía debe prepararse.
Con ese fin, serían deseables medidas que impulsarán la productividad y las inversiones, que son las dos grandes asignaturas pendientes de España. Solo mejorando en estos aspectos, nuestra economía podrá seguir siendo el motor de Europa.