El empleo en un espejo cóncavo
- La EPA muestra un mercado en recesión donde se frena la contratación y no se crea empleo
José María Triper
Dice la llamada ley Campoamor, que nada es verdad ni mentira, todo es según el color del cristal con qué se mira. Y eso es lo que ocurre con el mercado laboral de este país que reflejan los resultados de la Encuesta de Población Activa (EPA) del tercer trimestre, que dependen del cristal y de los ojos de quien los explica o analiza.
Porque hay cristales que, como los espejos cóncavos reflejan una realidad deformada que permite al ministro de Economía, Carlos Cuerpo, presumir de "la solidez del mercado laboral" y de un "crecimiento robusto, consolidado y equilibrado" del empleo en España.
Pero hay también cristales y espejos que muestran la realidad tal cual, sin distorsiones, retoques o Photoshop interesados. Y estos muestran un mercado de trabajo en recesión donde se frena la contratación y no se crea empleo si no que se reparte. Afirmaciones que se comprueban cuando vemos que en un trimestre tradicionalmente positivo para el empleo, este tercer trimestre de 2024 ha sido el peor de la década con estancamiento en el crecimiento del número de ocupados hasta 138.000 personas, una variación trimestral de sólo un 0,64% más. Cifras que contrastan con el incremento de 437.700 personas con una variación del 2,05% en el trimestre anterior.
Y si de la ocupación pasamos al paro vemos que el número de desempleados bajó este trimestre en 1.200 personas, hasta 2.754.100, con una variación trimestral del 0,04%. Es decir, un trimestre sin prácticamente bajada del desempleo y eso con el añadido de que, como es habitual no se contabilizan los desempleados con relación laboral (fijos discontinuos inactivos y afectados por ERTES) que, como resalta el último informe del Gabinete de Estudios de USO, al finalizar junio de 2024 se elevaban a un total de 668.457 personas.
Cierto que, como dice la nota del Gobierno hay una subida de 224.000 personas en el número de asalariados, pero de ellos son más los que se incorporan con un contrato temporal, 121.300 trabajadores, que los 102.700 que lo hacen con un contrato indefinido. Y lo que es más grave, el número de trabajadores por cuenta propia disminuyó en 87.800 personas. Una destrucción de autónomos asfixiados por el incremento de los costes laborales y una fiscalidad confiscatoria y abusiva y a los que ahora se quiere imponer manu militari una reducción de jornada laboral cuyos efectos apuntan a ser un atentado contra el emprendimiento, la inversión y la creación de puestos de trabajo.
Y como colofón una pregunta, ¿cómo es posible que con 138.000 ocupados más el paro sólo baje en 1.200 personas? ¿Estamos hablando de contratos cerilla que se extinguen casi en el momento de firmarse?
P.D. Hablando de espejos y cristales, mírense como se miren resultaban patéticos los intentos de explicación del trío bla, bla, bla: Mónica, Rita y Manuela, sobre sus silencios y omisiones en el caso Errejón. Una sarta de evasivas y enredos verbales que apuntaban más a un ¡sálvese quien pueda! que a una obligada explicación y la necesaria asunción de responsabilidades por parte de quienes han consentido mirar hacia otro lado, pese a conocer desde hace tiempo del pie que cojeaba su ahora exportavoz.
El linchamiento de uno de los principales exponentes de esa ultraizquierda populista y representante de un feminismo fariseo que sólo utiliza a las mujeres y a las víctimas de acosos, abusos o malos tratos como instrumento de propaganda para conseguir sus objetivos políticos y personales, sin reparar ni importarles las consecuencias. Y si no, ahí está la esperpéntica y nefasta ley del "Sí es Sí", con cientos de violadores y abusadores excarcelados o que han visto reducida sus condenas. Por sus hechos los conoceréis que dice con verdad el Evangelio.