Opinión

El crecimiento y la sostenibilidad de España

  • España tiene un mayor crecimiento en el PIB que países como Alemania, Francia o Italia 

Pedro Casares Hontañón

La economía española lidera el crecimiento de la zona euro por cuarto año consecutivo tras la pandemia. La nueva previsión al alza, publicada por la OCDE, señala el crecimiento del PIB en el entorno del 1,8 por ciento en 2024 y del 2 por ciento para 2025, muy por encima de la media de los países que comparten el euro como moneda común, y de las otras tres grandes economías como son Alemania, Francia e Italia.

Una previsión que también va en línea con la actualización realizada por el Fondo Monetario Internacional que situó una mejora reciente para nuestro país en 2024 hasta el 1,9 por ciento, y del 2,1 por ciento en 2025. Y por el Gobierno de España, que ha mejorado la previsión enviada a la Comisión Europea y prevé que nuestro país crezca el 2 por ciento en 2024 y el 1,9 por ciento en 2025.

Previsiones que se actualizan al alza tras la confirmación del crecimiento del PIB del 2,5 por ciento en 2023, tras un crecimiento del 6,4 v en 2021 y del 5,8 por ciento en 2022, que han hecho también posible que España adelante ya en el primer trimestre de 2024 a la zona euro en la recuperación del PIB desde los máximos previos a la pandemia.

Este dato se confirma tras la publicación del Instituto Nacional de Estadística de que nuestro país creció un 0,7 por ciento en el primer trimestre del año, lo mismo que en el cuarto trimestre de 2023, lo que hace que se acelere tres décimas en crecimiento interanual hasta el 2,4 por ciento. En ello, la demanda externa aportó 0,5 puntos, lo que demuestra la importancia de la economía española en el contexto europeo, que atraviesa un periodo de desaceleración.

Datos y previsiones que demuestran una vez más la fortaleza, pero también la capacidad y el dinamismo de la economía española y del tejido productivo y empresarial, en un contexto global incierto, cambiante y volátil.

En ello, el excepcional comportamiento del mercado de trabajo es uno de los factores de crecimiento, junto al consumo de los hogares y el aumento de los salarios, que están haciendo que España se aleje de la contracción económica que están sufriendo otros países europeos.

Pero el gran reto de una economía como la nuestra no solo es crecer, sino hacerlo de forma sostenida, equilibrada y garantizando un progreso seguro. Y ahí tienen hoy un gran impacto los proyectos estratégicos desplegados gracias a la inversión de los fondos europeos que están haciendo también que la creación de empleo no solo sea más estable, sino también que aumenten los empleos que se crean en sectores de alto valor añadido. De las diez actividades que más crecen respecto a 2019, en siete los salarios están por encima de la media.

Unos datos de creación de empleo históricos tras la reforma laboral aprobada en 2022, que ha demostrado sus efectos positivos sobre el mercado de trabajo y también de forma comparada con el comportamiento de otros países. Cuatro de cada diez empleos creados en la UE lo hicieron en 2023 en nuestro país.

Así, hoy España no solo tiene la mayor cifra de personas afiliadas a la Seguridad Social de la serie histórica, con 21 millones de trabajadores, sino también la mayor cifra de mujeres trabajando, que alcanzan casi a la mitad del mercado laboral con 10 millones de afiliadas. Y, además, el 87 por ciento de los contratos son indefinidos y la temporalidad, que tanto afecta al empleo de los jóvenes, ha caído un 33,6 por ciento a los niveles previos a la pandemia, situándose en mínimos históricos.

Otro factor importante a tener en cuenta es el número de trabajadores extranjeros, de trabajadores migrantes, que representan casi 2,8 millones de afiliados a la Seguridad Social en España, el 13,2 por ciento del mercado laboral, y que representan el 10 por ciento de los ingresos de la Seguridad Social y apenas el 1 por ciento del gasto público.

En este sentido, no son pocos los estudios que señalan las repercusiones económicas positivas que la inmigración tiene para los países receptores, concluyendo que mejoran la productividad. Así, la OCDE indica que el auge de la inmigración ayuda a impulsar el crecimiento económico de los países desarrollados, con ejemplos de su impacto en el PIB o sobre el mercado de trabajo en países como España, Australia o Canadá.

Por tanto, no solo hablamos de impacto en términos de crecimiento, sino también de que sea sostenible y sostenido en el tiempo. En línea con estos datos, es importante destacar una de las conclusiones del informe anual del Banco de España de que en los próximos 30 años será necesario el incremento de trabajadores migrantes para mantener la relación entre trabajadores y pensionistas.

España vive un buen momento económico pero, sobre todo, está teniendo la capacidad, gracias a una política económica estratégica, de asentar los pilares para un desarrollo productivo más competitivo y sostenible, que permita no solo crecer, sino hacerlo de forma segura para consolidar el bienestar y el progreso de nuestra sociedad.