Opinión
Una oportunidad para avanzar hacia la movilidad que necesitamos
- Cabify propone un despliegue faseado y anualizado de licencias que permita absorber la demanda creciente
Miguel Ángel Toledo
El crecimiento de una ciudad y su oferta de movilidad están intrínsecamente relacionados y suelen desarrollarse de manera acompasada o, al menos, esto es lo que debería suceder. Sin embargo, en las grandes ciudades españolas como Madrid o Barcelona, el volumen de vehículos de transporte con conductor a disposición de los ciudadanos permaneció inmóvil 40 años, desde finales de los años 70, y sólo la irrupción en la última década de nuevas autorizaciones VTC derivadas de sentencias judiciales han permitido incrementar la oferta a disposición de ciudadanos, turistas y empresas.
La llegada de estas nuevas licencias VTC supuso un soplo de aire fresco para las ciudades, ávidas de nuevas soluciones de movilidad que permitiesen a sus habitantes desplazarse sin necesidad de utilizar su propio coche particular. Y se generó un nuevo sector que poco a poco fue profesionalizándose, con estructuras cada vez más robustas y complejas. Esto también provocó la incertidumbre de los profesionales del taxi y las primeras protestas por parte de algunos representantes del colectivo.
La respuesta, vista desde la distancia que aporta el tiempo, parece natural. Cualquier novedad que altere una situación que se presuponía como estable entraña un posible perjuicio. Y para aquellos profesionales que habían depositado su confianza (y sus inversiones) en una licencia de taxi que aseguraba una rentabilidad prácticamente garantizada, según se había demostrado en los años anteriores, este cambio de escenario podía ser perjudicial.
Cuando se observa en perspectiva, entre 2015 y 2020 se concedieron más de 7.000 licencias VTC en la Comunidad de Madrid, todas ellas derivadas de diversas resoluciones judiciales. Esto supuso más de 10.000 puestos de trabajo y la transformación de un sector (VTC) que pasó de facturar decenas de miles de euros a generar más de 400 millones de euros en la Comunidad de Madrid entre salarios, cotizaciones e impuestos. En paralelo, el taxi incrementaba año tras año su impacto y los ingresos de los titulares de las licencias y conductores del sector.
¿Una mayor oferta de movilidad discrecional a disposición de los ciudadanos impulsó la demanda de estos servicios de taxi y VTC? ¿Las apps que comenzaron ofreciendo servicios de VTC atrajeron nuevos usuarios al servicio del taxi? Aunque no hay respuesta clara para todas estas preguntas, un estudio de la Universidad Politécnica de Madrid señala que la aparición de los servicios de VTC a través de plataforma contribuyó a mejorar el servicio de taxi y le llevó a captar nuevos ciudadanos que entraron a ser clientes de este servicio (taxi) gracias al ride-hailing, al que accedieron a través de las apps.
Sea como fuere, lo que está claro es que una mayor oferta de servicios ha traído riqueza para todos los operadores. El último año, que ha registrado el mayor volumen de taxis y VTC en España, ha sido un muy buen ejercicio para el sector del transporte público discrecional (taxi y VTC). Las facturaciones de las empresas y autónomos de ambos sectores se sitúan en máximos históricos o muy cerca de ellos, especialmente en las grandes ciudades, donde la demanda de movilidad sigue creciendo. Como ejemplo, marzo de 2024 nos ha traído un nuevo hito: se han superado por primera vez los 20.000 VTC en España (20.025) y esto coincide con el mejor momento de la historia del taxi. ¿Casualidad?
En este contexto, nos encontramos con una oportunidad inmejorable para avanzar hacia la movilidad que necesitamos en el presente y futuro de nuestras ciudades. Las recientes sentencias del Tribunal Supremo respecto a la solicitud de licencias realizadas por sociedades del grupo Cabify y por otras flotas del sector en 2018 en Madrid suponen una ocasión única para la movilidad urbana.
Desde Cabify hemos explicado en las últimas semanas nuestro punto de vista a todos los actores implicados: Comunidad de Madrid, representantes de los sectores del taxi y la VTC así como a los sindicatos, proponiendo un acuerdo que sea beneficioso para los ciudadanos, pero también para los profesionales, autónomos y empresas que operan en el transporte público discrecional. Queremos asegurar la viabilidad y sostenibilidad de la industria en su conjunto, a la vez que cubrir la demanda insatisfecha de movilidad actual y futura. Para ello, hemos propuesto un despliegue faseado y anualizado que permita absorber la demanda creciente y evitar un accionamiento repentino y abrupto. Un crecimiento sostenido de la oferta de transporte público con conductor es aquello que Madrid y los madrileños necesitan.
También somos conscientes de que esta nueva oportunidad debe extender sus beneficios al conjunto de la industria. En esta línea, estamos analizando opciones para la transmisión de la titularidad de algunas licencias, en caso de que se concedan, o llegar a acuerdos para la gestión de las mismas que genere nuevas oportunidades a empresas y autónomos. Incluso, mostramos la disposición de reducir el número de licencias solicitadas, siempre que el resto cuente con garantías jurídicas y operativas.
Sabemos que estamos en la primera parada de un largo viaje, y tenemos claro que este camino queremos hacerlo acompañados. Desde Cabify y las empresas del grupo se ha impulsado durante años la mejora de las condiciones del sector VTC, ayudando a construir una industria que ocupa a más de 30.000 familias en toda España, y que tiene un largo recorrido por delante. Contamos con una oportunidad idónea para seguir avanzando y construyendo las ciudades que queremos.