Una voracidad recaudatoria sin límite
elEconomista.es
El próximo 1 de enero entrará en vigor una nueva obligación tributaria para las empresas, que deberán cotizar por los becarios, aunque estos no cobren ningún tipo de remuneración. Como era más que previsible, esta nueva medida impositiva está haciendo que muchas compañías estén dando marcha atrás en los acuerdos que tenían con las distintas universidades y centros de Formación Profesional (FP) para fichar becarios. Queda así patente que la voracidad recaudatoria sin límite alguno de este Gobierno de coalición supone un grave perjuicio para las empresas. Pero más aún para los propios estudiantes que se ven privados de adquirir la experiencia y los conocimientos necesarios para adaptar su formación al mercado laboral.