Opinión
La baja productividad persiste
- Las horas reales cotizadas en el sector privado se estacan tras la pandemia pese al incremento de afiliados
elEconomista.es
Una nueva estadística de la Seguridad Social desvela que las horas reales trabajadas del sector privado una vez restados los Ertes, las bajas por enfermedad y otras prestaciones, son prácticamente idénticas a las que había antes de la pandemia. Un dato que llama la atención ya que coincide con un incremento del 7,8% en el número de afiliados y que refleja que el mercado laboral está siendo incapaz de crear puestos que implican trabajar más horas. Esto se produce porque la mejora (sobre todo cuantitativa) del empleo que tanto ensalza el Ejecutivo debe mucho al impulso de puestos de trabajo en las Administraciones. Además, en el caso del sector privado dicha mejora se concentra más en jornadas parciales. Con todo, el gran problema reside en que la incapacidad para elevar el volumen de horas trabajadas confirma el grave problema de productividad que la economía española presenta por el elevado peso de sectores de poco valor añadido en el PIB.
Una carencia que impide a nuestro país reducir la brecha del 15% que presenta con la UE en PIB per cápita desde la década de los 70. Es más, la baja productividad hizo imposible que esa distancia en riqueza con nuestros vecinos comunitarios se pudiera revertir incluso en la época del milagro económico nacional, en los años previos a la crisis de 2008-2013. En este contexto, medidas como la que el Gobierno plantea de reducir la jornada semanal de 40 horas a 37,5 en esta legislatura solo logrará cronificar el grave problema de la baja productividad. Solo con reformas, incentivos y rebajas tributarias se conseguirá que las empresas aceleren la creación de empleo que el país necesita para mejorar su competitividad y, con ello, la riqueza de las personas.