La logística, un sector competitivo adaptado a la sociedad
Francisco Pastrana
La logística actúa como un termómetro de la situación económica de cualquier mercado. La lógica asegura que si el sector está resfriado la economía de ese país lo nota. También, sucede al contrario. En ese caso, unos buenos datos sectoriales suelen reflejarse en un impacto directo en los datos macroeconómicos. Síntomas que generalmente pueden describir un estado e incluso prever tendencias y ciclos concretos.
Los últimos años han sido un ejemplo directo de esta analogía. Si con la irrupción de la pandemia del Covid-19 la economía mundial se tambaleó, hoy podemos ver el futuro cercano, por lo menos el de España, con cierto optimismo. La OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) ha publicado recientemente sus previsiones para 2023, las cuales van en esta línea. Si bien aún no hemos recuperado los niveles de 2019, ha mejorado en cuatro décimas su previsión de crecimiento del PIB hasta situarla en el 2,1%. Una tendencia que en 2024 podría aumentar en otras dos décimas, según el propio organismo internacional.
Parte sustancial de esta tendencia tiene que ver con el sector logístico, ya que representa casi el 7% del PIB español. Una cifra nada desdeñable que se elevaría incluso hasta el 10% si añadiésemos otras actividades semejantes desarrolladas por el sector industrial o el comercial, entre otros.
Su fortaleza es clara. La industria logística en España ha demostrado, por lo tanto, durante los últimos años su buena salud, pero también ser un sector altamente competitivo y dinámico capaz de adaptarse a los escenarios más complejos. ¿Cómo? A través de la escucha activa permanente a la sociedad, también mediante la inversión en tecnología. Para ello, el sector está desarrollando un proceso de modernización constante que le permite trabajar en metodologías de innovación cada vez más eficientes. Un proceso en el que la colaboración público-privada tiene que seguir siendo clave de cara al futuro de nuestro país, ya que su trabajo impacta diariamente en la vida de millones de personas.
Un futuro en el que la satisfacción de nuestros clientes seguirá siendo el principal reto. También de cara a los inversores para seguir haciendo atractivo el sector. Un objetivo compartido con otros compromisos globales que tienen que ver con la huella del sector en la sociedad. A todos los niveles. El primero es la lucha contra el cambio climático, donde hoy el sector presenta varios ejemplos, como el uso de energías renovables, optimización de rutas de corta y larga distancia o el uso de vehículos cada vez menos contaminantes. Importante este último punto, ya que, según datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), el sector logístico representa aproximadamente el 30% del consumo total de energía final en España.
Pero su contribución no termina aquí. También de cara a promover la buena salud de la economía española través de su día a día. Un ejemplo es su papel como uno de los principales empleadores del país. Importante para seguir trabajando no solo para ser competitivos, sino también para ser atractivos de cara a la gestión del talento. Una tendencia a nivel empleo que se mantiene al alza con datos que registran incrementos de cerca del 18% respecto a 2019, según datos del INE.
Y en este punto, ¿de qué estamos hablando? Hablamos de dar oportunidades laborales e incluso posibilidades de crecimiento a los profesionales de nuestro país al mismo tiempo que se contribuye al desarrollo de uno de los sectores más importantes de la economía española. Una evolución, que debe ser liderada por el talento como conductor hacia la innovación y a la excelencia y, por lo tanto, a la rentabilidad.
Un proceso en el que el papel de las empresas es clave, ya que la captación tiene mucho que ver la percepción. Con los valores corporativos. Proyectos ilusionantes para grandes marcas internacionales. Justo lo que representa el sector de nuestro país.
Por este motivo, es importante continuar dando pasos en la dirección correcta. Los resultados obtenidos por las empresas del sector así lo atestiguan, lo que convierte a España en un referente internacional. También por sus condiciones. Su ubicación, en la intersección de varios continentes, como África, Europa y América Latina, nos convierte en la puerta de entrada para el comercio internacional de varios mercados. Una referencia que nos consolida como uno de los mejores embajadores posibles incluso a la hora de posicionar estratégicamente a nuestro país en el panorama internacional. Marca España para el mundo desde la logística, la distribución y el transporte.