Un excedente que debe usarse bien
elEconomista.es
La alta inflación ha sido la clave para el incremento que la recaudación por impuestos ha mostrado en nuestro país en la primera mitad del año.
Debido a este impacto positivo, el Gobierno tendrá sobrados recursos para sufragar por completo los planes anti-crisis que ya ha presentado y que están valorados en 30.000 millones, según palabras del propio presidente Pedro Sánchez. Es más, una vez descontados los recursos de las medidas, queda aún disponible un sobrante de unos 15.000 millones. Este excedente deja patente que los precios récord también permiten contar a las arcas públicas con sus particulares beneficios caídos del cielo. Por ello, resultan aún más criticables los continuos ataques que sectores como el energético o el bancario han recibido por parte del Gobierno por beneficiarse de un contexto más favorable para sus negocios. En vez de seguir cargando contra las empresas o impulsar ayudas de carácter general por motivos electorales, el Ejecutivo debe utilizar ese remanente para ayudar a sectores especialmente afectados por el alto IPC. Es el caso de los agriculturas y ganaderos, a los que una subvención les permitiría afrontar el alza de los costes de producción. Esto, y no el tope de los alimentos que impulsa la vicepresidenta Yolanda Díaz, ayudaría a reducir el incremento del precio de los alimentos y paliaría el golpe de la inflación en los presupuestos familiares. Con la misma idea de ayudar a los que realmente lo necesitan, el Ejecutivo también podría replicar el cheque que se lanzó en EEUU dirigido exclusivamente a las personas con menos recursos.
La inflación récord en España genera en las arcas públicas unos 'beneficios caídos del cielo' de 15.000 millones
Utilizar el exceso de recursos en este tipo de medidas específicas sí que constituye un balón de oxígeno real para las familias y las empresas más castigadas por el IPC.