Susto o muerte: la encrucijada de las pymes
José María Triper
El primer aviso lo ha dado el Tribunal de Cuentas en su informe de fiscalización de las líneas de crédito con aval del ICO, donde cuestiona la capacidad de la aplicación informática utilizada como instrumento de control del otorgamiento de los avales del Gobierno para concluir que los impagos de los créditos ICO empezarán a manifestarse de manera intensa en ejercicios futuros. En concreto son ya más de 5.000 los impagos detectados por el Tribunal fiscalizador por un importe de 339,14 millones que llevaban el aval gubernamental. Cifra que se complementa con las alarmas que desde hace meses vienen realizando desde las entidades financieras, encargadas de la gestión de los préstamos, denunciando que los ICO morosos se han multiplicado por cuatro en sólo un año, pasando de 1.100 millones en marzo de 2021 a 4.660 millones al finalizar el primer trimestre de este año, cuando sólo se había producido una mínima parte de los vencimientos.
Cuantía esta que supone ya el 3,5% de la deuda total de las pymes españolas en préstamos ICO que se eleva hasta 130.000 millones y que muchas de ellas no van a poder devolver, asfixiadas por los precios de la energía, la inflación y la subida de los tipos de interés, lo que les avoca inexorablemente al cierre.
Recordar aquí que las pymes en España suponen el 98% de la totalidad de nuestro tejido empresarial, que generan el 60% de todos los puestos de trabajo, y que como apunta un reciente informe de la patronal Cepyme, la mayoría de las mismas se encuentra en una situación "límite" ante el fuerte incremento de sus costes de producción y salariales que ha hundido su rentabilidad por lo que tienen "enormes dificultades para pagar sus facturas". Situación que explica que la morosidad empresarial se haya disparado un 42% sólo en los tres primeros meses de 2022 y que muchas hayan puesto en marcha planes de contingencia para reducir su actividad con la consiguiente pérdida de empleo.
Escenario que ya parecen anticipar los datos del paro registrado en agosto con 3.414.904 personas sin trabajo, incluyendo los parados en curso de formación y los de disposición limitada, a los que se deberían añadir otros 19.220 trabajadores en los Ertes. Además de que el número de afiliados medios a la Seguridad Social ha descendido en 189.963 personas, hasta un total 20.151.000 y que, con datos de Eurostat, seguimos duplicando y liderando la tasa de paro de la UE (6,6%) que está en mínimos, mientras que la nuestra está en el 12,6%. Y ello en un mes donde los Servicios tendrían que liderar, por la estacionalidad, el descenso del paro y son quiénes más contribuyen a su aumento, lo parece apuntar a un descenso de la contratación por la caída de la actividad.
Todo ello con el añadido de que, como destacan desde el Gabinete de Estudios de USO, los contratos indefinidos a tiempo completo han descendido en un 23,67% con respecto al mes de julio; los realizados a tiempo parcial han caído en un 25,265% y los fijos discontinuos han disminuido en 29,61%. Siendo reseñable también que se han realizado más contratos indefinidos que personas los han suscrito, lo implica que algunos de ellos, algo más de 23.000, han sido objeto de más de un contrato indefinido "lo que tiene que ver con el incremento de la contratación a tiempo parcial, o se les ha rescindido el contrato y se les ha vuelto a contratar".
Una compleja situación la que están padeciendo las pymes y los autónomos en unos momentos en que, como describe el presidente de ATA y vicepresidente de CEOE, Lorenzo Amor, ya "no tienen más cubos de agua de donde sacar porque el pozo se está quedando sin agua".