Opinión

Bankia se adapta a un escenario hostil


    elEconomista.es

    El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, asegura que está ya estudiando una revisión a la baja en el objetivo de beneficios que contiene su plan estratégico 2018-2020. Pese a la claridad con la que Goirigolzarri se expresó, sus palabras estuvieron lejos de provocar una fuerte caída de su cotización.

    Sin duda, los inversores valoraron la insistencia del primer espada de Bankia en que el posible cambio no se producirá de manera inminente. Además, cuentan con garantías de que el reparto previsto de dividendos, que asciende a 2.500 millones, no se ve afectado. Pero, sobre todo, debe tenerse en cuenta que lo que Goirigolzarri hace es adaptarse a la realidad que los bancos de la zona del euro tienen que afrontar de modo inevitable. El Plan Estratégico de Bankia se elaboró sobre la previsión de que los tipos de interés de la Unión Monetaria empezarían a subir este año y llegarían al 0,73 por ciento en el próximo ejercicio. En cuestión de días, esa expectativa se ha hecho añicos. No en vano el presidente del BCE, Mario Draghi, habló con franqueza inusual en el foro de banqueros centrales de Sintra, hasta el punto de abrir la puerta a más bajadas de tipos, o a una reactivación del programa de compras masivas de deuda, si la situación económica europea lo requiere.

    El BCE trastoca las previsiones sobre los tipos de interés y la entidad estudia modificar sus objetivos en consecuencia

    Ante este horizonte, es imposible que el sector financiero europeo pueda ver aún al final del túnel, máxime cuando sigue afrontando otros retos como los que plantean una regulación más estricta (por ejemplo la ley hipotecaria española, que subirá el coste de estos préstamos) o la aparición de nuevos competidores (como recordó ayer Caixabank). Bankia, por tanto, puede atribuirse el mérito de ser una de las primeras entidades que reconoce abiertamente esa situación y se adapta.