Opinión
Dia: sonrisas, lágrimas y un futuro a escribir
- El problema más grave de la cadena es la rentabilidad
- Las alocadas expansiones han pasado factura
- Los productos frescos es la clave para competir contra Amazon
Miguel Ángel Bernal Alonso
En el derecho se considera a las empresas personas jurídicas, definición que quizá para los economistas le sobre el adjetivo de jurídico. La importancia que asignamos a las sociedades es enorme, para nosotros son el cuerpo central del tejido económico. Viene esta reflexión por Dia y su salvación, algo de lo que alegrarse. Como todo en el teatro que es la vida siempre hay sonrisas, muchas cuando hablamos de la salvación, pero también de lágrimas.
Si hablamos de las sonrisas sin lugar a dudas la primera a la que referirnos es a los trabajadores y proveedores. El cierre del supermercado hubiera puesto a más de cuarenta mil personas en la calle. En un país que ostenta el segundo puesto en la Unión Europea en volumen de parados, esto no es una noticia mala sino peor. Pero también para los proveedores y para los acreedores, que son los que ponen un recurso básico: dinero. Está claro que no está la economía para posibles quiebras.
Ganamos los consumidores que ya nos hemos acostumbrado, yo el primero, a una cadena de distribución de productos de consumo básico no solo centrada en la alimentación; su cierre hubiera provocado una peligrosa reducción en la oferta de distribución.
Si pasamos velozmente a las lágrimas me vienen a la cabeza mis queridos accionistas minoritarios y también claro los franquiciados.
Los primeros, los dueños minoritarios, van a quedar diluidos en la ya casi segura ampliación de capital de la cotizada. Nunca me alegraré de que alguien pierda buena parte de su dinero en Bolsa; sin embargo todos los que nos movemos en los ambientes bursátiles sabemos que ese es el riesgo que se corre. Frente a ello diversificación de la cartera, limite a la exposición reduciendo el volumen que representa la sociedad en nuestra cartera.
Supone una excelente noticia para los franquiciados, el eslabón más débil de la cadena
Los franquiciados, de los cuales conozco bien sus problemas, es quizá el eslabón más olvidado en esta crisis. Conozco y sé que no lo están pasando nada bien, más bien todo lo contrario. Espero y deseo que la enseña que ellos franquician vuelva a levantar el vuelo y puedan resarcirse de los problema ocasionados.
Dejemos las sonrisas y las lagrimas y pasemos al futuro, evidente que cuando una persona sale de la UVI, o de una situación crítica entra en juego la convalecencia. DIA se ha salvado de su extinción mediante el magnate ruso, Fridman. A partir de ahora debe ponerse manos a la obra con su tratamiento de supervivencia. No es una tarea es un reto.
El gran problema de futuro de Dia son sus bajos márgenes con respecto al resto
Dia es conocida por todos los consumidores españoles. Es una marca popular y con presencia en barrios y medianas poblaciones, su insignia tiene penetración entre buena parte de la población. No es una marca denostada sin embargo tiene problemas.
El problema de Dia es que siempre, al menos en los últimos años le ha costado rentabilizar la enorme superficie en metros cuadrado que atesora. Sus márgenes de operaciones están muy por debajo de otras marcas, es ahí donde reside su gran desventaja. Por supuesto no voy a despreciar, como lo voy a hacer, las destartaladas y más que cuestionables expansiones. Aunque no todas han lastrado a la cadena de distribución, existen sonoros casos tan desastrosos como la marca de droguería y limpieza Clarel.
Todo indica que la empresa, una vez realizada la ampliación, va a centrarse en sus modelos de negocio que mejor rentabilizan el espacio que ocupan, dado que siguen siendo una tienda mayoritariamente física. La cadena de distribución tiene la experiencia de sus tiendas de proximidad con dos enseñas: Dia&Go y La Plaza. En ese formato, el de proximidad y luchando con una oferta tan especial como los conocidos como chinos de barrio, es donde probablemente esté la salvación de la cadena.
El resto de posibilidades no le funcionan también. Es en este formato de proximidad y conveniencia donde puede estar quizá la salvación con los productos frescos, un artículo que quizá marque la diferencia y la supervivencia contra ya monstruos de la distribución como es Amazon.
En el ámbito de los productos frescos, Dia tiene posibilidades de ponérselo difícil a los gigantes online por su distribución y sus horarios de comercialización. Buena muestra de ello es que otras cadenas de supermercados tradicionales siguen y persiguen este segmento cada vez más clave para competir.
Dia de momento se ha salvado, ahora viene rentabilizarla. Minoristas y algún franquiciado tiene las lágrimas en los ojos. No todos los que ahora esbozan sonrisas seguirán haciéndolo. Pero si Dia quiere sobrevivir tendrá que saber rentabilizar su balance y no cometer los errores de sus alocadas expansiones.