El error de despreciar la fuga de empresas
elEconomista.es
Cerca del primer aniversario del 1-O, la Generalitat hace su balance sobre uno de los mayores perjuicios que Cataluña sufrió: la fuga de empresas. El Govern reduce la cifra de sociedades que huyeron a 3.700, frente a las 4.500 que contabilizan los registradores mercantiles.
Con todo, más grave que el debate de cifras, es el modo en que la Generalitat minusvalora el fenómeno y rebaja su alcance a una cuestión de "imagen".
Muy al contrario, este éxodo fue un primer aviso acerca del rechazo que la estrategia del desafío y la unilateralidad provoca en los empresarios.
Si el secesionismo se empecina en ella, la marcha de sociedades amenaza no sólo con repetirse sino incluso con provocar efectos más graves como destrucción de empleo y parálisis inversora.