Opinión
Kondratiev, Bernanke y el Coyote
Eduardo Olier
Nocolai Kondratiev es el economista ruso que estudió los ciclos largos de la economía. Con 28 años fue nombrado director del Instituto de Coyuntura de la Unión Soviética.
Desde esa posición escribió su obra más conocida: Las ondas largas de la coyuntura, donde explica los ciclos largos, entre 50 y 60 años, de la economía capitalista. Ciclos que mantienen siempre la misma cadencia: una fase de expansión marcada por el aumento de la producción y de las inversiones, creación de empleo, aumento del consumo y aparición de nuevas empresas, y otra fase posterior de fuerte depresión económica con nefastas consecuencias para empresas y personas.
Un esquema que demostraba la recuperación de la economía capitalista al final de la depresión, después de la cual nacía otra época de prosperidad. Una forma de pensar contraria a los principios comunistas según los cuales el capitalismo estaba llamado a desaparecer para ser sustituido por el socialismo. Esto le valió las iras de Stalin que después de muchos años en un manicomio decidió acabar con su vida en septiembre de 1938. Tenía 40 años.
Kondratiev comienza sus análisis a partir de 1790 con la expansión económica de la Revolución Industrial al hilo de la máquina de vapor, la aparición de la fábricas y el predominio de las industrias metalúrgicas y textiles.
Ciclos que, por supuesto, pueden contener otros de menor duración como podrían ser los estudiados por Clement Juglar que los sitúa cada 10 años, y que resultan ser muy virulentos si coinciden en la caída del ciclo largo como ya ocurrió en 1929. Y también pueden incorporar otros movimientos hacia arriba o hacia abajo en períodos aún más cortos, tales como los definidos por otros economistas como Lloyd Metzler o Joseph Kitchin.
Todo ello explicado con detalle por Joseph Schumpeter en Business Cycles. A Theoretical, Historical and Statistical Analysis of the Capitalist Process.
Nicolai Kondratiev solo fue capaz de estudiar con detalle dos ciclos largos: el que fue de 1790 a 1845, y el de 1848 a 1896. Sin embargo, siguiendo sus análisis se podría ir más adelante hasta nuestros días e incluso más allá.
Con esta perspectiva, tal como hemos escrito alguna vez, se pueden identificar hasta seis ciclos largos, siempre unidos a cambios tecnológicos profundos de acuerdo con el criterio del propio Schumpeter que habla de una destrucción creativa en las economías de corte capitalista.
Con esto, los ciclos Kondratiev, podrían tener un desarrollo tal como este, siempre de modo aproximado: 1970-1848: máquina de vapor; 1848-1896: ferrocarril; 1896-1945: electricidad; 1945-1993: petróleo; 1993-2040: tecnologías de la información; 2040-2090: convergencia tecnológica entorno a las denominadas tecnologías NBIC (nanotecnología, biotecnología, tecnologías de la información y tecnologías del conocimiento).
Lo anterior, independientemente de las crisis que sucedan en períodos más cortos, como ya la iniciada en 2008, muestra que estamos en la zona de crecimiento dentro del período 1993-2040. Un ciclo de unos 57 años, cuyo punto álgido estará alrededor de 2020-2021. A partir de esa fecha comenzará la previsible caída; es decir, una importante depresión económica que llegaría hasta 2040, más o menos.
Sorprende ahora, cómo el que fue presidente de la Reserva Federal americana en los años 2004 hasta 2014, Ben Bernanke, asegure que estamos abocados a una nueva crisis de enormes proporciones que, según él, se dará a partir de 2020, aproximadamente.
Un crac económico que denomina algo así como Momento Coyote, que hace referencia a lo que usualmente le sucede al coyote en la famosa serie de dibujos animados: El coyote y el correcaminos, que en EEUU es conocida como Wile E. Coyote and the Road Runner.
Una serie donde casi siempre el coyote cae por enormes precipicios después de correr detrás del correcaminos. Una coincidencia con lo que hemos indicado para el ciclo de Kondratiev.
Para Bernanke, el recorte impositivo de más de un billón de dólares que se ha realizado en EEUU a empresas y personas, con el aumento de gasto de más de 300.000 millones, es un estímulo que, con tasas de empleo tan elevadas como las que ahora tiene el país americano, llevará a una parada en el crecimiento del PIB, con un aumento de la inflación por encima del 2% actual.
Situación que se sumará al freno de los estímulos monetarios y el aumento de las tasas de interés. Un cóctel que, en palabras de Ben Bernanke, golpeará fuertemente a la economía en 2018 y 2019, que, en 2020, caerá por el precipicio como suele hacer el coyote a la vez que mira hacia abajo.
Toda una situación que irá en contra de la política monetaria de la Reserva Federal. Situación que, como siempre, se trasladará a Europa, que se sumará al ciclo negativo americano. ¿Y qué decir de España? Según vemos, el nuevo Gobierno, llegado como ha llegado, sin un programa definido y sin el necesario respaldo electoral, parece decidido a incrementar la senda del gasto.
Una estrategia que, unida a lo que llevamos dicho, anticipa de nuevo unos dolorosos tiempos que ya parecían superados.