Opinión

No nos han subido el sueldo, solo nos han subido el ánimo

  • Una victoria obrera y diez euros más en el bolsillo
Gobierno, patronal y sindicatos. <i>EFE</i>.

José Ignacio Chaparro

Las cosas son como son pero también como se cuentan. Y la negociación salarial nos la han contado muy bien. De manera que los salarios van a subir más bien poco pero el ánimo va camino de los niveles precrisis.

Llevamos al menos tres meses viendo al presidente de la CEOE, Juan Rosell, y sus dos asesores en materia de paz social, Toxo y Mendez, deliberando sobre si el marco de la negociación colectiva debía proponer una subida de salarios del 0,9% o del 1%. Andaba por allí también la ministra de Empleo, no fuera a ser que se les descabalgaran los muchachos en algún desacuerdo centesimal. Y después de mucho negociar y mucho untar cruasanes en mantequilla, hay acuerdo ¡Los sindicatos han triunfado! ¡Marchando un puntazo porcentual de subidas salariales!

Dado que el salario más frecuente en España es de 15.500 euros, al trabajador más común le van a pagar unos diez euros más al mes, que no son despreciables pero que llegan después de una legislatura de acusada pérdida de poder adquisitivo (Solo en 2014 crecieron los salarios más que los precios).

Sea como fuere y sin contar lo perdido estos años, un 1% no es mucho, a nadie se le escapa esto. Y si no, que pregunten a los altos directivos del Ibex, que se subieron los sueldos un 48% de 2013 a 2014. Nada que objetar, lo hacen porque pueden y lo consideran oportuno. Y he aquí la clave, los asalariados españoles no pueden aspirar a que les suban más el sueldo, solo a que lo parezca.

La reciente huelga de trenes en Alemania le ha dado la espalda a una subida de salarios del 4,7% (más una paga extraordinaria de 1.000 euros) mientras el mayor sindicato del país, el de la metalurgia, arrancaba un acuerdo para que 3,7 millones de trabajadores cobrasen un 3,4% más. Eso son negociaciones. Eso son actores sociales exhibiendo su poder para que otros actores sociales les den lo que quieren (sea más o menos justo o conveniente).

Demasiado paro como para negociar

En España hay demasiado paro como para negociar, como para que los trabajadores tengan poder alguno. Y en ese contexto, la patronal no tenía interés ni necesidad alguna de subir los sueldos (quizá ni siquiera fuera conveniente desde un punto de vista macroeconómico). Estos meses no han sido más que la escenificación del conflicto. Pero había que hacerlo y había que contarlo bien. Las cosas son como se cuentan y no conviene propiciar sentimientos de derrota, no sea que los ciudadanos tengan un ataque de indignación obrerista y les de por votar 'a lo loco'. Los sindicatos han ganado, el Gobierno ha mediado con prudencia y la patronal ha transigido y repartido los frutos de la innegable recuperación. En plena campaña electoral, después de tres meses de enroque, una victoria obrera y diez euros más en el bolsillo para comprar algún alcohol de alta graduación.