Situación límite para las pymes
elEconomista.es
El empeoramiento de la tercera oleada del Covid provoca que las restricciones a la actividad comercial y hostelera continúen creciendo, con medidas como el adelanto del toque de queda que Madrid anunció ayer. Este tipo de medidas selectivas siempre serán preferibles a un nuevo confinamiento domiciliario, cuyo efecto sería ahora letal para la economía.
Con todo, no puede negarse la situación de cada vez mayor desamparo en la que se sitúan ya miles de negocios. El mes pasado el Gobierno puso en marcha un plan específico de ayudas al comercio y la hostelería, basado en aplazamientos fiscales y moratorias hipotecarias. Su cuantía total, 4.220 millones, palidece comparada con los 11.000 millones que Alemania moviliza, cada semana, con destino a los sectores más afectados por las limitaciones de movilidad. Con todo, la diferencia entre ambos países no es sólo cuantitativa sino también cualitativa. Así, entre las ayudas que Berlín libera se incluyen transferencias directas. Por el contrario, en España, el Gobierno central no contempla ese tipo de auxilio, ya que lo considera una competencia de las autonomías. Los Ejecutivos regionales, por su parte, no contemplan acciones más allá de los programas de apoyo, por un valor total de 10.810 millones, que aprobaron meses atrás y que se encuentran ya agotados en parte.
Las restricciones aumentan sin que los sectores más afectados se vean ayudados por el Gobierno o las autonomías
En la tercera ola del Covid, al igual que ocurrió en el inicio de la pandemia, España vuelve así a destacar como la única de las grandes economías europeas sin capacidad para movilizar ayudas directas a los sectores más afectados. Ahora esa deficiencia es especialmente grave, dado que miles de negocios ya no sólo afrontan un parón de actividad sino que su supervivencia misma está en juego.