Opinión

La UE pone los deberes a España

    Bruselas remarca las deficiencias de la gestión del Gobierno

    elEconomista.es

    Las recomendaciones económicas que Bruselas dirige cada año a los Estados miembros cobran en 2020 un cariz completamente diferente, marcado por una crisis que afecta a la UE en su conjunto.

     Sin embargo, las directrices del Ejecutivo europeo distan de ser generalidades. Al contrario, en el caso de España señalan deficiencias muy concretas en el modo en el que nuestro país gestiona el desafío. Su planificación misma flaquea, dado que los ecos de la descoordinación entre el Gobierno central y las autonomías han llegado hasta Bruselas y a ella se refiere expresamente el comisario Gentiloni. No es ociosa tampoco su referencia a la "implantación efectiva de medidas que aseguren la liquidez para pymes y autónomos". Son palabras muy significativas considerando la demora y la burocratización que aún marca el programa de avales públicos respaldados por el ICO. Muy oportuno es igualmente el énfasis de la UE en que España debe tomar más medidas "para evitar despidos". No se puede decir que nuestro país tenga este frente cubierto con una prórroga de los Ertes por fuerza mayor que expirará en apenas un mes, y unas limitaciones al despido que hacen imposible la supervivencia misma de las empresas. Por último, resulta significativo que, en un año en el que la UE relega a un segundo plano la vigilancia presupuestaria, incida en que España tiene que "lograr posiciones fiscales prudentes a medio plazo".

    Las deficiencias de nuestro país a la hora inyectar liquidez o de asegurar el empleo comprometen las ayudas de la UE

    El respaldo de la Comisión a una mayor inversión pública y a un refuerzo del sistema sanitario no le impide observar con preocupación el avance del déficit y la deuda. Lejos de tratarse de meras recomendaciones, lo que Bruselas formula son directrices que se mostrarán decisivas para el acceso a futuras ayudas europeas.