Opinión

Sánchez nos lleva al austericidio

    Gobierno y oposición deben remar en la misma dirección, si no la amenaza de un futuro de carteras vacía se hará real

    Mariano Guindal

    ¿Se acuerdan cuando la izquierda acusaba al gobierno de Mariano Rajoy de austericida? Ahora vamos a saber de verdad qué es el austericidio. Llevamos dos meses y como se siga manteniendo el Gran Encierro, mas allá de lo que dicta el sentido común, nos vamos a cargar una buena parte del tejido empresarial y con él la economía. Como desde el poder se siga metiendo miedo, se van a cargar el consumo. Nadie querrá ir allí donde pueda ser contagiado como comercios, restaurantes o lugares de ocio ¡por si acaso!

    Lo mismo pasa cuando se toman decisiones sin pensar en las consecuencias que conllevan. La cuarentena para los turistas es una auténtica barbaridad. Podrían haber esperado a conocer el acuerdo europeo sobre apertura de fronteras antes de publicarlo en el BOE. Se podrían haber adoptado otras medidas preventivas como la realización de test sin necesidad de matar a la gallina de los huevos de oro. El director de cine Santiago Segura lo ha definido perfectamente. Es como si las medidas las hubiese tomando Torrente, el brazo tonto de la ley (1998).

    La cuarentena del Gobierno a los turistas es una auténtica barbaridad

    El dilema no es contagio o hambre, como parecen mantener Pedro Sánchez que antepone la salud a la economía, ni Pablo Casado que defiende lo contrario. El auténtico reto es cómo abrir totalmente la economía sin que aumenten los contagios. Angela Merkel lo está haciendo y parece que a Alemania le está yendo bastante bien. Como dijo la canciller: "Prueba-error", se abren con tacto los comercios, los restaurantes y los centros de ocio. Si se incrementan los nuevos contagios, se regresa a la fase anterior o se incrementan las medidas preventivas. Si por el contrario la cifra de contagiados es inferior a 50 por cada 100.000 habitantes, se sigue adelante hacia la apertura total.

    Una cosa está meridianamente clara y es que tenemos que aprender a convivir con el Covid-19 hasta que encontremos una vacuna en base a nuestra propia responsabilidad. Señores, es mucho más eficaz convencer que imponer. Si no funciona siempre podemos volver al estado de emergencia, pero la experiencia nos indica que no será necesario. Cuando los trabajadores no esenciales terminaron sus vacaciones obligatorias de quince días, Podemos y los sindicatos se opusieron rotundamente a que volvieran a trabajar porque eso ponía en peligro vidas humanas. Hasta el inefable secretario general de la UGT, Pepe Álvarez llegó a decir "me importan los contagios, no la bajada de actividad". Los datos demostraron que el número de nuevos contagios no solo no se incrementó, sino que siguió bajando según lo previsto.

    Si a los sindicatos no les importa el incremento de la actividad; si Pedro y Pablo nos siguen metiendo miedo; y si la oposición, encabezada por Pablo Casado y Santiago Abascal, siguen crispando la situación, nadie nos va a librar de una depresión de caballo. Como describió Enric Juliana en su premonitorio libro vamos de cabeza a la Modesta España.